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tantas conversaciones sobre el particular y de los
documentos existentes en la Curia, llegó a afirmar
que no sabía nada de la existencia de la Pía
Sociedad de San Francisco de Sales.
Con todo, el 6 de junio, sábado de las témporas
de la Santísima Trinidad, Su Excelencia promovía
al diaconado a los tres nuevos subdiáconos y, a
continuación, permitía que don Francisco Dalmazzo
fuera ordenado sacerdote por monseñor Balma el 19
de julio; don Pablo Albera, en Casale, por
monseñor Ferré el 2 de agosto, y él mismo promovía
al presbiterado a don Santiago Costamagna el 19 de
septiembre, según veremos.
Otra prueba por aquel tiempo afligía a los
clérigos del Oratorio: corría la voz de que,
preocupados por las clases y la asistencia,
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no atendían como era debido al estudio de la
Teología. La voz, divulgada por quien no veía con
buenos ojos a don Bosco, llegó a oídos del
Arzobispo, quien se lamentó al Venerable.
Y he aquí que el clérigo Esteban Bourlot,
perfecto ejemplar de franqueza y lealtad, se
presentó en la Curia pidiendo ser admitido con sus
compañeros al examen semestral de Teología. El
teólogo Gaude, en presencia de otros, le dijo:
-Vosotros, los de don Bosco, no estudiáis.
->>Por qué?
-Porque andáis ocupados con mil otras cosas y
no asistís a las clases del seminario.
-Perdone: se puede atender a lo uno y a lo
otro.
-No es posible.
-Sin embargo, en los exámenes que hemos dado
hasta ahora hemos obtenido buenas calificaciones y
nunca inferiores a las de los seminaristas.
-Sí, sí, pero con una preparación apresurada,
superficial.
-Lo cierto es que nosotros contestamos como los
clérigos del seminario.
->>Y qué es lo que habéis estudiado?
-Los mismos tratados explicados por los
profesores del seminario, salvo el de Banaudi
sobre la Eucaristía.
->>Y por qué no seguís también éste?
-Porque parecieron preferibles otros autores.
Bourlot presentó la petición al Arzobispo,
obtuvo su consentimiento y el 22 de febrero se
presentaron a los exámenes en el seminario trece
clérigos del Oratorio. A la vuelta se encontraron
con don Bosco, que los esperaba en la portería
dispuesto a salir; apenas los vio, les
preguntó:(**Es9.89**))
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