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Acepte los sentimientos de mi aprecio: ruegue
por nosotros y por todos los Salesianos, y créame
siempre suyo, con el honor de profesarme in
Domino,
De V. S. Rvma.
Su
atento y seguro servidor
Por el sacerdote JUAN BOSCO,
MIGUEL RUA, Pbro.
El 21 de marzo se convocaba al pueblo ticinense
para pronunciarse en si aceptaba o no las leyes; y
el partido católico conservador se había
despertado, había comprendido la importancia de la
lucha, la necesidad y bondad de la ley, y afirmaba
su confianza en el Gobierno y en el Gran Consejo
con 1.331 votos de mayoría.
((**It9.984**)) Las
oraciones de don Bosco debieron influir sin duda
en aquella victoria, que sin la divina protección
no hubiera tenido lugar, ya que los adversarios
estaban muy bien preparados y disponían de medios
formidables y poderosos aliados fuera del Tesino.
Las oraciones del Venerable no debieron cesar
ni siquiera después de su muerte.
En septiembre de 1887 monseñor Vicente Molo,
Obispo titular de Gallipoli, sucedió al difunto
monseñor Lachat. En 1889 abrió un colegio en
Mendrisio y lo entregó a los Salesianos, y en 1894
los llamaba para dirigir el Colegio Pontificio de
San Carlos Borromeo en Ascona. El primero fue
trasladado, después, al palacio episcopal de
Balerna, y el segundo a Maroggia. De este modo
empezaron a florecer las vocaciones en el mismo
Cantón Tesino.
íQué verdadera, hermosa y confortadora resulta
siempre la palabra del salmo: Clamaverunt ad
Dominum cum tribularentur, et de necessitatibus
eorum liberavit eos! (Al Señor gritaron en su
apuro, y El los libró de sus angustias) (Sal.
106).
(**Es9.871**))
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