((**Es9.854**)
Los años de 1855 a 1872 fueron un tiempo de
antipática tiranía del radicalismo suizo sobre las
poblaciones y la religión, particularmente en el
Cantón Tesino. La vida de los párrocos en el valle
de Onsernone Locarnese se había hecho poco menos
que imposible. Unos fueron desterrados, otros
murieron y, como escaseaban las vocaciones, había
una gran deficiencia de clero que iba en aumento
de día en día. Desde el principio de la crisis,
don Bosco se interesó, a pesar de sus muchas
ocupaciones, con apostólico celo por aquel
territorio, en el que habían quedado sin pastor
muchas parroquias. Algunos ticinenses, estudiantes
en la Universidad de Turín, iban a confesarse con
él y le pintaban el deplorable estado y las
angustias religiosas de su patria.
Algún que otro sacerdote y ciertos seglares de
mucha valía subían al convento del famoso
santuario de Nuestra Señora del Sasso, sobre
Locarno, en busca de remedio a tantos males. Los
reunía a escondidas el padre capuchino Luis
Arnaboldi, rector del Santuario. Don Bosco le
había sugerido suplir la falta de clero ticinense,
con sacerdotes italianos, a los que se podrían
encomendar las parroquias vacantes, convencido de
que los que él mandara, al no hallarse mezclados
con las luchas políticas del Cantón, habrían hecho
menos sombra a los jefes del Gobierno. Fue un
consejo estupendo, como veremos.
El Rector de Nuestra Señora del Sasso era un
verdadero apóstol.
Se deduce de una carta de don Angel Modini,
párroco de Losone, al Vicario General Capitular de
Como, monseñor Octavio Calcaterra, la cual da al
lector una idea del celo del padre Arnaboldi y de
las necesidades espirituales de algunas
poblaciones del Tesino.
((**It9.965**)) Ilmo. y
Rvmo. Monseñor:
Hace ya más de ocho meses que el M. R. padre
Arnaboldi va constantemente, en los días festivos,
unas veces a la venerable parroquia de Auressio y
otras a la de Loco, y con la caridad apostólica
que le inspira la salvación de las almas, se las
arregla con todas sus fuerzas para reavivar el
sentimiento religioso en aquellas poblaciones. Es
más, con su prudente y seria conducta ha
conseguido ganarse el afecto, el aprecio y diría
que la confianza de quien tiene en sus manos los
asuntos en este valle de Onsernone; así ha podido
predicar varias veces a la semana, durante esta
cuaresma, en Loco, donde se ve rodeado de un
numeroso auditorio, pues acuden allí muchos de las
parroquias cercanas.
Abriga él la firme esperanza de que Dios, rico
en misericordia, querrá bendecir ampliamente sus
trabajos apostólicos y que más de uno volverá al
buen camino.
Desearía saber de V. S. Ilma. y Rvma. cómo ha
de comportarse con los penitentes que
probablemente vendrán durante la quincena pascual
y que:
(**Es9.854**))
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