((**Es9.85**)
4.° Todas las semanas buscaremos un cuarto de
hora para reunirnos. Al empezar, se invocará al
Espíritu Santo con el Veni Creator, etc. y la
jaculatoria San José, ruega por nosotros. Después
de una breve lectura espiritual, se tratará de
algo que creamos ser para mayor gloria de Dios y
provecho de nuestras almas y de las de nuestros
compañeros. Se cerrará la reunión con el Agimus y
la jaculatoria Jesús, José y María, os doy el
corazón y el alma mía.
5.° A la hora establecida nos dirigiremos con
solicitud al lugar señalado para la reunión,
dejando de corazón el recreo, por amor a María
Santísima, que ciertamente lo aceptará como un
bonito obsequio de sus hijos queridos. Si alguno,
por cualquier motivo, no puede asistir, será
informado por el Presidente o por un socio de lo
tratado en la reunión.
6.° No dejaremos nunca ninguna práctica de
piedad ante las críticas o las burlas que pudieran
hacer malos compañeros, sino que, contentos de
hacer algo grato a Dios y a nuestros superiores,
seguiremos por el camino del bien.
7.° Cuando toque la campana para las funciones
religiosas, iremos a la iglesia sin que nada nos
detenga, arrastrando con simpatía a los que
estuvieran con nosotros.
8.° Procuraremos colocarnos en la iglesia en
medio de los que hablan o están distraídos, a fin
de que, movidos por nuestro porte modesto, se
animen al recogimiento y a la oración. Tendremos,
después, gran cuidado en no salir jamás de la
iglesia, a menos que nos veamos obligados por
alguna grave necesidad.
9.° El primer domingo de cada mes nos
acercaremos a los santos sacramentos para obtener
la conversión de aquellos compañeros nuestros que
por desgracia estuvieran en pecado mortal.
10.° Si en el trabajo o en la conversación, se
presentare la ocasión de impedir un pecado con un
buen consejo o con un acto de desaprobación, no la
dejaremos escapar.
11.° Si vemos o sabemos que algún socio faltó
gravemente contra alguna de nuestras reglas, le
avisaremos privadamente, con gran caridad, y esto
lo haremos mutuamente.
((**It9.81**)) 12.°
Aceptaremos con sumisión y humildad los avisos que
nos dé un socio, sin demostrar jamás el menor
disgusto a quien nos avisa.
13.° No despreciaremos jamás a ninguno de
nuestros compañeros y mucho menos les dirigiremos
palabras impropias u ofensivas. En fin, evitaremos
entre nosotros toda discusión con la que
pudiéramos ofendernos mutuamente, considerándonos
todos como verdaderos hermanos.
14.° Finalmente, así como queremos con nuestro
buen ejemplo servir de espejo y de modelo a todos
nuestros compañeros, así observaremos con toda
exactitud el reglamento de la casa, sin desaprobar
jamás lo que ordenasen los superiores, teniendo
siempre muy en cuenta que todo lo que nos mandan o
prohíben es para nuestro bien.
De todo corazón rogamos a nuestro Director que
examine este reglamento y quite o añada lo que le
parezca bien.
Sea todo para la mayor gloria de Dios.
íCuánta sabiduría pedagógica se refleja en este
reglamento! íParece dictado por el mismo don
Bosco!(**Es9.85**))
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