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Los donativos, lo mismo en dinero que en
materiales de construcción, se entregan al
sacerdote don Bosco y al reverendo Traversa, cura
párroco de San Máximo.
íQuiera Dios que nuestras palabras sean semilla
que dé abundante fruto para la vida eterna y
también para beneficio temporal de nuestra
juventud!
No faltaron las ofrendas de los buenos. Tenemos
una hoja de don Bosco dirigida al conde Francisco
de Viancino.
Oratorio de San Francisco de Sales, Turín -
Valdocco
El día 29 de diciembre del año del Señor 1870,
recibo del benemérito señor conde Francisco
Viancino la importante cantidad de mil liras, que
en su caridad, además de las entregas hechas para
nuestros muchachos pobres y para la construcción
de la iglesia de María Auxiliadora, ofrece dicho
señor como anticipo de otra cantidad que piensa
dar para la construcción de la nueva iglesia,
internado y escuelas que se proyectan en el local
comprendido entre la avenida del Rey, la calle
Madama Cristina y la de San Pío V, en nuestra
Ciudad.
Por estas y otras obras de caridad, doy humilde
y encarecidamente gracias a tan insigne
bienhechor, y ruego a Dios le recompense con
largueza, dándole muchos años de santidad y vida
feliz a él y a su santa esposa, y lo más tarde que
a El plazca les haga partícipes de la gloria de
los bienaventurados en el cielo. Amén.
Turín, 20 de diciembre de 1870.
JUAN BOSCO, Pbro.
Otra limosna, aún más vistosa, le hicieron a
don Bosco en circunstancias singulares. Decíale
cierto señor:
-Querría hacer algo por sus obras, pero ahora
no puedo; tenía un crédito de veinte mil liras con
el que yo contaba, y ahora resulta incobrable; no
hay ninguna esperanza; acabo de recibir la triste
noticia.
-Quien se la dio puede equivocarse, observó don
Bosco.
-No es posible; mi agente es habilísimo y me
escribe que no hay ninguna esperanza.
-Y si usted recuperase esa cantidad; >>qué
haría?
-íPalabra de honor! Le doy la mitad de lo que
cobre, que por ahora está todo perdido. íPero es
imposible!
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->>Quién sabe? añadió don Bosco; lo que usted
promete es para mis muchachos: voy a invitarles a
rezar.
Escribió el señor al deudor y, unos días
después, recibía de su agente cinco mil liras que,
según le decía, se habían cobrado
imprevisiblemente; después otras cinco mil, y
finalmente el resto. Demostró ser hombre de
palabra, pues mandó a dar las gracias a don Bosco
(**Es9.844**))
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