((**Es9.819**)
El 25 domingo, recibía en la iglesia del
Oratorio la profesión religiosa de un hermano y
escribía a la condesa Callori:
Ilma. y benemérita Señora:
El martes próximo espero llegar, si Dios
quiere, a Vignale en el ómnibus de la tarde de
Casale. Haré un alto hasta el miércoles por la
tarde. Todo lo demás, de palabra.
Dios bendiga a usted y a su familia y me crea
agradecido.
De V.S.B.
Turín, 25 de septiembre de 1870.
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
Después de la primera impresión de los
acontecimientos habidos en Roma, varios miembros
de la Corte Pontificia aconsejaban al Papa que
abandonara la ciudad y buscara refugio seguro en
otra parte. Pío IX dudaba en abrazar este partido,
mas, por prudencia, había dado las disposiciones
necesarias para el viaje.
Los prelados insistían. El Papa había mandado
preguntar a don Bosco, pidiéndole consejo y
asegurándole que lo seguiría. Después repetia a
los que le presionaban:
-Esperemos la respuesta de don Bosco.
Y el Venerable, después de haber rezado
largamente; envió por mano segura la respuesta,
concebida en estos términos:
<>.
La leyó Pío IX, revocó todo lo dispuesto para
la partida y no se movió de Roma, a pesar de que
por algún tiempo le susurraron pareceres
contrarios.
Así nos lo contó muchas veces don Juan
Cagliero, bien informado de lo sucedido, porque él
mismo había escrito la carta que se mandó al Padre
Santo.
íQué gran servicio prestó don Bosco a la
Iglesia en general y a Italia en particular con
este consejo!
((**It9.924**)) La
siguiente carta guarda, quizás, relación con el
hecho que hemos referido.
Carísimo don Rúa:
El jueves llegaré a Turín en el tren de las
seis y media de la tarde. Si puedes, espérame en
la estación y hablaremos por el camino. Entre
tanto, 1.°: di a don
(**Es9.819**))
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