((**Es9.809**)
Tenemos también una carta escrita por don Bosco
aquel mismo día, 13 de septiembre de 1870, a la
Dirección de Ferrocarriles. Llama la atención que,
en medio de tantos alborotos políticos, en un
momento que parecía el más inoportuno, volviera él
de nuevo a insistir en lo que no había logrado
varias veces.
Turín, 13
de septiembre de 1870
Ilmo. señor Comendador:
Suplico atentamente a V. S. Ilma. se digne leer
bondadosamente cuanto expongo, con relación a los
Ferrocarriles del Norte de Italia y a los pobres
muchachos internados en el Oratorio de San
Francisco de Sales.
Cuando esa benemérita Sociedad entró en
posesión de los Ferrocarriles del Norte de Italia,
siguió favoreciendo a los pobrecitos de nuestros
establecimientos, reduciendo el precio del
transporte a una cuarta parte de la tarifa, tal y
como se señalaba en la carta de concesión.
A pesar de la buena voluntad para impedir toda
suerte de inconvenientes en el empleo de los
billetes de favor, no se logró, sin embargo,
evitar que un alumno cediese, en la estación de
Saluzzo, su billete, expedido para su vuelta al
Oratorio, a otro muchacho. Después de esto, según
carta del 20 de junio de 1867, el favor se redujo
a la mitad de precio.
Otro fallo tuvo lugar en la estación de Biella,
con motivo de un billete extendido para tres
alumnos, y que, sin antes recurrir a quien se
debía, lo hicieron servir para cuatro, cambiando
la cifra que la oficina había marcado en el
billete. A causa de este suceso, con carta del 15
de febrero de 1869, se comunicaba la suspensión
total del favor. Nosotros hemos censurado la
conducta de aquellos alumnos y no hemos podido
hacer más que despacharlos del Centro, y
someternos mientras tanto a las consecuencias, por
las cuales muchos pobres muchachos, que no pueden
pagarse los viajes, tienen que viajar en carros o
caminar varios días a pie con no pequeñas
dificultades.
((**It9.913**)) Ruego
ahora calurosamente a V. S. Ilma. diga una palabra
al dor Amillau en favor de estos pobrecitos,
considerando que en los fallos sufridos no hubo
culpa alguna por parte de esta Administración, que
censura y castiga severamente a los culpables: que
estos Establecimientos, por el movimiento que
ocasionan a los ferrocarriles con sus alumnos y
sus mercancías, también producen algunas ventajas
a los mismos: que solamente con motivo de la
fiesta y novena de María Auxiliadora, vinieron por
ferrocarril a Turín más de treinta mil forasteros:
que estos Establecimientos han acogido siempre, y
hay todavía un buen número de ellos, a muchachos
que quedaron huérfanos por muerte de sus padres,
empleados en los ferrocarriles; y otros por muy
diversos modos recomendados por la Administración
Ferroviaria.
Puestas por delante estas breves observaciones,
ruego a V. S., y en su persona al director Amillau
y a todos los demás miembros de la Administración,
quieran admitir como suficiente el castigo
otorgado y revocar bondadosamente la suspensión,
readmitiendo a nuestros pobres muchachos para
disfrutar de la caritativa reducción de precios
que será bien vista.
(**Es9.809**))
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