((**Es9.794**)
En cuanto al asunto a que se refiere, iré
despacio y con la debida prudencia y aunque
descubriere lo más conveniente, no diré nada, ni
siquiera a la persona interesada.
Señora Condesa, durante su breve estancia en
Turín he advertido en usted una mezcla de
resignación, de salud delicada, de pensamientos y
ansias del paraíso. Yo deseo que tenga salud, y
que permanezca en el mundo para bien de su familia
y, (vea el egoísmo) me ayude a cumplir una serie
de obras que sirvan para ganar muchas almas al
Señor. Entre las muchas solicitudes para abrir
nuevas casas en otras partes, hay una para
Argelia, otra para El Cairo, la tercera para
California. La última quizás será preferida a las
demás.
Mientras tanto, únase usted a nosotros con un
padrenuestro, avemaría y gloria al Santísimo
Sacramento, y con una salve, hasta la Natividad de
María.
Yo haré de modo que cada día se reciban seis
comuniones y se celebre la santa misa hasta
entonces, con el fin de obtener del Señor su
perfecta salud.
El sábado se decidirá el contrato de Borgo San
Martino. En casa se reza; disponga el Señor que se
haga lo que él vea mejor para su gloria.
Le ruego presente mis humildes saludos al señor
Conde, su marido, y a toda su familia. Dios les
bendiga a todos y rueguen por mi pobre alma,
mientras, con verdadera gratitud, me profeso,
De V.S.B.
Turín, 27 de julio de 1870
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
La Condesa volvió a escribir diciendo que
aquellos días se encontraba abatida, delicada y
víctima de ideas melancólicas y tristes. Y don
Bosco se apresuró a consolarla, despejando su
espíritu de toda turbación con una promesa
decisiva.
Benemérita señora Condesa:
Esté tranquila. Don Juan Cagliero no tiene
ninguna obra fúnebre para el fin que usted indica.
((**It9.896**)) Ya hace
años me escribía diciendo casi las mismas cosas: y
yo le respondía que la Virgen quería que le
ayudara a edificar una iglesia en honor de María
Auxiliadora. Se terminó la iglesia y usted asistió
a las funciones que en ella se celebraron. Ahora
le digo: Dios quiere que le ayude a levantar la
iglesia, las escuelas y el internado de Puerta
Nueva o, mejor dicho, del paseo del Rey. Se hará
la iglesia, usted la verá edificar, consagrar, y
paseará alrededor cuando esté acabada. >>Entiende?
Por tanto, no piense más que en vivir
alegremente en el Señor.
Aún tendría muchas cosas de que hablar, pero
las trataremos en Vignale.
El sábado se cerró el contrato de Borgo San
Martino, después de muchos cambios a nuestro
favor. Prevaleció, por encima de toda reflexión en
contra, la venida y la presencia de don Juan
Bonetti, quien dijo que sus ciento ochenta alumnos
se habían reducido a ciento quince por enfermedad;
y que éstos estaban asustados por miedo a caer
enfermos; todo se ha hecho para promover la mayor
gloria de Dios. En octubre próximo iremos allí si
Dominus dederit (si Dios quisiere).
(**Es9.794**))
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