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FINALIDAD DE ESTA CASA
Entre los muchachos que acuden a los Oratorios
de la Ciudad, hay algunos en tales condiciones,
que resultan inútiles todos los medios morales, si
no se les presta socorro material.
A veces se encuentran muchachos ya algo
avanzados en edad, huérfanos o sin asistencia
paterna porque los padres no pueden o no quieren
cuidar de ellos, sin oficio ni cultura. Estos se
hallan expuestos a los más graves peligros
espirituales y corporales y no se sabe cómo evitar
su perdición, si no se les tiende una mano
bienhechora que los recoja y los prepare para el
trabajo, el orden y la religión. La casa aneja al
Oratorio de San Francisco de Sales tiene la
finalidad de albergar a esta clase de muchachos.
Pero, como no se puede recibir a todos los que se
encuentran en semejante situación, es necesario
establecer algunas normas para distinguir quiénes
deben ser preferidos, según la gravedad de las
circunstancias.
CAPITULO I
De la admisión
Para que un joven pueda ser admitido en la
casa, deben cumplirse en él las siguientes
condiciones:
1.¦ Tener doce años cumplidos y no pasar de los
dieciocho. La experiencia ha dado a conocer que,
de ordinario, la juventud ((**It9.855**)) antes
de los doce años, no está capacitada para hacer un
gran bien, ni un gran mal; y que, pasados los
dieciocho, resulta muy difícil hacer desaparecer
costumbres adquiridas en otra parte para
uniformarse a un nuevo régimen de vida.
2.¦ Ser huérfano de padre y madre, totalmente
pobre y abandonado. Si tiene hermanos, tíos u
otros parientes que puedan cuidarlo, está fuera de
la finalidad de esta casa.
3.¦ Que no padezca enfermedad repugnante o
contagiosa, como son la sarna, la tiña y
similares.
4.¦ Son aceptados con preferencia los que
asisten a los Oratorios de Turín, porque es de la
máxima importancia conocer la índole de los
muchachos, antes de recibirlos definitivamente en
la casa.
5.¦ Al ingresar, han de presentar todos un
certificado del propio párroco, testificando la
edad, la situación de la familia a que pertenece
el joven, el certificado médico de si ha pasado, o
no, la viruela, de no sufrir enfermedades que le
incapaciten para el trabajo. La carencia de este
certificado puede suplirse con la visita del
médico de la casa.
6.¦ Si el demandante poseyera alguna cosa, la
llevará consigo a su entrada en el establecimiento
y se empleará en su favor, porque no es justo que
viva de caridad el que no está absolutamente
necesitado.
Al ingresar en el establecimiento, todo
jovencito deberá considerar a sus compañeros como
hermanos y someterse a sus superiores en todo lo
que, según su cargo, le ordenen.
Admisión en la sección de
estudiantes
Entre los muchachos admitidos en casa y
recomendados de otro modo se encuentran algunos,
que han recibido de la naturaleza aptitudes
especiales para el estudio o para un arte noble,
pero que, por falta de medios materiales, su
ingenio
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