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((**Es9.749**) absolutamente nada procedente de teatros, bailes y diversiones deshonestas y poco limpias del Carnaval>>. Así pues, esperando el dinero de la caridad, se entregaba a sus empresas de las que vamos a hacer relación en este capítulo. Ello probará eficazmente, con la elocuencia de los hechos, cuántas eran las preocupaciones del Siervo de Dios. Su primera ilusión era la de un edificio grandioso, con amplios pórticos y espacioso patio en Lanzo: ocuparía cerca de setenta metros desde el antiguo colegio hasta la plaza de la parroquia. El vicario Federico Albert, de quien procedía la idea, cedía el terreno, y don Bosco le escribía: Turín, 1 de abril de 1870 Muy querido señor Vicario: Vamos adelante: procure sin embargo, antes de empezar las obras: 1.° Hacer un traspaso legal del terreno a mi nombre para que yo pueda ponerlo enseguida a seguro, junto con las propiedades de nuestra Congregación. 2.° Tenemos la idea de que la construcción llegue hasta la segunda planta: lo demás será modificado, si es preciso, a medida que se haga la construcción. 3.° Para la rifa, procure organizar una numerosa comisión con promotores y promotoras bien elegidos. 4.° La carta está bien. La idea de el gusto de contribuir hay que desarrollarla un poco más. >>No es mejor dejar a don Bosco aparte? Piénselo. 5.° Programa y condiciones de la rifa. Recoja materiales y comience. Amén. Afmo. en Jesucristo JUAN BOSCO, Pbro. Se abandonó este plan por diversas razones, y la rifa no se llevó a cabo. Los gastos de doscientas mil liras para construir el edificio, que fue de tres plantas, más el terreno cargaron sobre don Bosco... ((**It9.844**)) Durante tres años, cada quince días, no faltó nunca la paga para los obreros que eran más de treinta; más aún, como éstos llegaron a escasear por las muchas obras que empezaban a levantarse en las afueras del pueblo, don Bosco les aumentó el jornal para retenerlos. Es digno de nota que el Vicario Albert colaboró generosamente a la empresa de varios modos. Y se terminó la obra sin que quedase deuda alguna, a pesar de que durante los tres años hubo que disparar barrenos para allanar el terreno y transportar el agua, en gran parte desde el llano. (**Es9.749**))
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