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Don Bosco iba preparando copias de esta
relación histórica para otros obispos, variando
los motivos de las súplicas de acuerdo con las
circunstancias particulares de lugares y personas.
El 29 de enero las enviaba al Arzobispo de Génova.
Preparadas estas diligencias, el día 2 de
febrero, fiesta de la Purificación de María
Santísima, se celebró, además, en el Oratorio la
de san Francisco de Sales. Al día siguiente se
reunió la Conferencia general de la Pía Sociedad,
de la que copiamos a la letra la interesante
relación.
<<3 de febrero de 1868.-Por la tarde dio don
Bosco en su cuarto una conferencia a todos los
directores de las diversas casas ((**It9.67**)) y a los
hermanos del Oratorio. Cada director, y en primer
lugar don Domingo Pestarino, de Mornese, presentó
su informe.
>>Don Bosco aprobó todo lo que se hace en
Mornese para alejar a la juventud de los peligros
de las tertulias carnavalescas; dijo cuánto
consuelo le había proporcionado la sincera piedad
de aquellos campesinos; le agradeció vivamente las
limosnas hechas para la nueva iglesia y animó a
don Domingo Pestarino, celoso amigo de aquellos
buenos paisanos, a continuar en la santa empresa.
>>Se mostró satisfecho del celo desplegado por
los superiores del seminario de Mirabello y de los
útiles medios empleados para atraer a los alumnos
a la piedad y a las Compañías del Santísimo
Sacramento y de la Inmaculada Concepción. Habiendo
sido preguntado cómo corregir a algunos muchachos
díscolos dijo que el Superior les llame a parte a
todos, les exponga cariñosamente su pena por la
mala conducta, les anime al arrepentimiento y al
mismo tiempo los recomiende a los cuidados de su
profesor, el cual, remachando el clavo, verá la
manera de apartarlos de sus malas costumbres.
>>Pasando a hablar del Colegio de Lanzo, enseñó
la manera de introducir también en él la Compañía
de la Inmaculada Concepción. A falta de jóvenes
aptos para el caso, se forme esta compañía entre
los clérigos. Ellos, poco a poco, iniciarán a los
alumnos y, con el tiempo, podrá subsistir dicha
compañía sin ellos.
>>Viniendo por fin al Oratorio de San Francisco
de Sales dijo muy poco sobre su marcha. Hizo notar
que era muy difícil formarse un juicio exacto,
porque el número de alumnos es demasiado grande y
porque, además de los estudiantes, están los
aprendices. No obstante, en general, le parecía
que todo marchaba bien, teniendo en cuenta,
además, el menor número de clérigos asistentes; se
debía además calcular que, con cierto número de
éstos, se podía contar muy poco para la
asistencia, por haber llegado recientemente de
los(**Es9.73**))
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