((**Es9.710**)
Por hoy no puedo escribir más, pero lo haré, y
por lo largo, cuanto antes.
Que Dios os bendiga. Orad. Hasta ahora, las
cosas de la Casa van bien.
Deseo los libros para el Papa y la música para
los cardenales Antonelli y Berardi.
Vale in domino et vale dic
Roma 27-1870.
Afmo. en Jesucristo
JUAN BOSCO, Pbro.
P. D. Saludos muy afectuosos de Emiliano
Manacorda.
Fue ésta la primera acción de don Bosco deseoso
de cooperar, por cuanto de él dependía, en el
glorioso acontecimiento. No tuvo la más mínima
participación directa en las cuestiones del
Concilio; sin embargo, a través de sus numerosas
amistades con los Padres y Teólogos, influyó mucho
contra las opiniones erróneas de algunos. Durante
el tiempo que permaneció en Roma trabajó con
ahínco para disponer los ánimos de algunos de la
minoría en apoyo de la definición dogmática.
Atestigua monseñor Juan Anfossi: <>. <((**It9.798**)) entre
otros, a monseñor Galletti, obispo de Alba, y a
monseñor Gastaldi, obispo de Saluzzo, quienes se
convirtieron desde entonces en encendidos
defensores de la Infalibilidad Pontificia>>.
También don Francisco Dalmazzo prestó testimonio
jurado de ello, concluyendo: <>.
Resultaba difícil convencer a algunos obispos
piamonteses que pertenecían al partido de la
minoría.
Algunos, que miraban con malos ojos las obras
de don Bosco, permanecieron tercos en sus ideas, y
el Padre Santo, Pío IX, dijo aquel año al
Venerable:
-Consolaos; vuestros enemigos también lo son
míos. Esta es para mí una prueba más de que
vuestra obra es obra de Dios.
Tampoco monseñor Sola, obispo de Niza, quiso
renunciar a sus propias opiniones; y cuando se
presentó el esquema de la infalibilidad, lo
combatió abiertamente, produciendo penosa
impresión en la
(**Es9.710**))
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