((**Es9.706**)
-Pero, dígame: >>de veras es necesario ir a la
iglesia? >>No basta ir al Alcalde?
-El Matrimonio es un Sacramento: >>corresponde
al Alcalde o a la Iglesia administrar los
Sacramentos?
-Ya... no lo habíamos pensado... creíamos que
bastaba la celebración civil.
-Ya saben que no basta.
->>Y cómo hacemos ahora?
-Van al párroco y todo se arregla.
-Pero... no tenemos confianza con el párroco...
-Bueno; id a vuestro Obispo o al Vicario
General y se arreglarán todas las dificultades.
Los esposos hablaban entre ellos, de si era
necesario volver atrás sin más cuestiones y hacer
lo que don Bosco les había indicado. Eran personas
con las que se podía razonar. Y dijo el esposo a
don Bosco:
->>Y, si al llegar a Bolonia, nos presentáramos
al Obispo?
-Muy bien; pero háganlo enseguida; en cuanto
lleguen, vayan al Arzobispado y cumplan lo que
allí les indiquen.
-Haremos como usted dice, exclamaron los
esposos.
Y quedaron de acuerdo. El Venerable, con la
dulce franqueza de sus palabras, siempre
encontraba el modo de hacer el bien a cuantos se
acercaban a él, aunque no fuera más que un
instante.
((**It9.793**)) En
Florencia se quedó varios días. Desde allí mandó
otra tarjeta al Oratorio.
Carísimo Rúa:
Otro paquete. Vea don Joaquín Berto dónde puede
colocar el folleto. He recibido los papeles
enviados. Estoy a punto de partir. Te escribiré
desde Roma. Recemos y esperemos. Dios nos bendiga
a todos y creedme,
24 del 1870.
afmo.
JUAN BOSCO, Pbro.
La compañía italiana de los Ferrocarriles del
Sur, le había concedido, para él y un acompañante,
billete gratuito de primera clase por toda la red,
valedero desde el 1 de enero hasta el 31 de
diciembre de 1870. El billete iba firmado por el
Director General Bona.
Don Bosco tomó de nuevo el tren. Llegó a Roma
el 24 por la noche.
(**Es9.706**))
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