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alegrarán. Conserva, pues, junto a ti aunque
solamente sean dos asesores, pero a cualquier
parte que vayas, continúa y termina la obra que te
fue confiada.
>>Los días corren velozmente y tus años se
acercan al número establecido; pero la gran Reina
será siempre tu auxilio y como en los tiempos
pasados, también en el porvenir será siempre
magnum et singulare in Ecclesia praesidium (grande
y singular ayuda de la Iglesia).
>>Y a ti, Italia, tierra de bendiciones,
>>quién te ha sumergido en la desolación?... No
digas que tus enemigos, sino tus amigos. >>No oyes
a tus hijos que piden el pan de la fe y no
encuentran quien se lo parta? >>Qué haré? Heriré a
los pastores, ahuyentaré el rebaño, a fin de que
los que se sientan en la cátedra de Moisés busquen
buenos pastos y la grey escuche dócilmente y se
alimente.
>>Pero sobre la grey y sobre los pastores caerá
mi mano; la carestía, la peste, la guerra, harán
de manera que las ((**It9.782**)) madres
lloren la sangre de los hijos y de los esposos
muertos en tierra enemiga.
>>>>Y de ti, Roma, qué será? íRoma ingrata,
Roma afeminada, Roma soberbia! Has llegado a tal
punto de insensatez que no buscas y no admiras
otra cosa en tu Soberano, más que el lujo,
olvidando que tu gloria y la suya están en el
Gólgota. Ahora él es anciano, decrépito, inerme,
despojado; mas con su palabra esclavizada hace
temblar todavía a todo el mundo.
>>íRoma... yo vendré cuatro veces sobre ti!
>>En la primera heriré tus tierras y sus
habitantes.
>>En la segunda llevaré el estrago y el
exterminio hasta tus murallas.
>>>>No abrirás aún los ojos?
>>Vendré por tercera vez, abatiré defensas y
defensores y al mandato del Padre comenzará el
reinado del terror, del espanto y de la
desolación.
>>Pero mis sabios huyen, mi ley sigue todavía
conculcada; por eso haré una cuarta visita. íAy de
ti, si mi ley continúa siendo letra muerta para
ti! Habrá prevaricaciones entre los doctos y entre
los ignorantes. Tu sangre y la de tus hijos
lavarán las manchas que has echado sobre la ley de
tu Dios.
>>La guerra, la peste, el hambre son los
flagelos con que será castigada la soberbia y la
malicia de los hombres. >>Dónde están, oh ricos,
vuestras magnificencias, vuestras villas, vuestros
palacios? Se han convertido en basura de plazas y
calles.
>>Pero vosotros, sacerdotes, >>por qué no
corréis a llorar entre el
(**Es9.697**))
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