((**Es9.696**)
>>Del Sur viene la guerra, del Norte viene la
paz.
>>Las leyes de Francia no reconocen ya al
Creador y el Creador se hará conocer y la visitará
tres veces con la vara de su furor.
>>La primera abatirá su soberbia, con las
derrotas, el saqueo y los estragos en las
cosechas, los animales y los hombres.
>>En la segunda, la gran prostituta de
Babilonia, la que los buenos llaman, suspirando,
el prostíbulo de Europa, será privada del jefe y
entregada al desorden.
>>íParís! íParís! En vez de armarte con el
nombre del Señor, te rodeas de casas de
inmoralidad. Estas serán destruidas por ti misma:
tu ídolo, el Panteón, será reducido a cenizas,
para que se cumpla lo que está escrito: mentita
est iniquitas sibi (la iniquidad se engañó a sí
misma). Tus enemigos te colmarán de angustias, de
hambre, de espanto y te convertirán en la
abominación de las naciones. Pero íay de ti si no
reconoces la mano que te hiere! Quiero castigar la
inmoralidad, el abandono, el desprecio de mi ley,
dice el Señor.
>>En la tercera, caerás bajo una mano
extranjera: tus enemigos verán desde lejos tus
palacios incendiados, tus casas convertidas en
montones de ruinas, bañadas en la sangre de tus
héroes, que ya no existen.
>>Pero he aquí que un gran guerrero del Norte
lleva un estandarte; ((**It9.781**)) sobre
la diestra que lo sustenta está escrito:
"Irresistible es la mano del Señor''. En aquel
instante el Venerando Anciano del Lacio le salió
al encuentro flameando una antorcha de luz
vivísima. Entonces el estandarte se extendió y de
negro que era se trocó blanco como la nieve. En el
centro del estandarte estaba escrito con
caracteres de oro el nombre de Quien todo lo
puede.
>>El guerrero y los suyos hicieron una profunda
inclinación al Anciano y se estrecharon la mano.
>>Ahora la voz del cielo se dirige al Pastor de
los pastores. Tú ahora estás en la gran
conferencia con tus asesores; pero el enemigo del
bien no guarda un momento de reposo; estudia y
practica toda clase de argucias contra ti.
Sembrará la discordia entre tus asesores;
suscitará enemigos entre mis hijos. Las potencias
del siglo vomitarán fuego y querrían que las
palabras fuesen ahogadas en las gargantas de los
guardianes de mi ley. Pero esto no sucederá. Harán
el mal, pero en perjuicio de sí mismos. Tú date
prisa; si las dificultades no se resuelven, corta
por lo sano. Si te sientes angustiado, no te
detengas, sino al contrario, continúa adelante
hasta que le sea cercenada la cabeza a la hidra
del error. Este golpe hará temblar a la tierra y
al infierno, pero el mundo recobrará la seguridad
y todos los buenos se
(**Es9.696**))
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