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papeletas en blanco a los profesos perpetuos, cada
uno de ellos dio en secreto el voto para el
Ecónomo y los tres Consejeros. Hecho el escrutinio
(por don Miguel Rúa y don Juan Cagliero),
resultaron elegidos: Ecónomo, el sacerdote Angel
Savio; Consejeros, el sacerdote Carlos Ghivarello
y el sacerdote Celestino Durando, que ya tenían
antes el mismo cargo. El sacerdote Pablo Albera
ocupó el puesto vacante del sacerdote Juan
Francesia, nombrado Director del nuevo Colegio de
Cherasco.
>>Fueron elegidos por unanimidad Ghivarello y
Durando; obtuvo también varios votos para Ecónomo
don Antonio Sala, que ocupaba este cargo en el
Oratorio. Don José Lazzero obtuvo un voto menos
que don Pablo Albera, que alcanzó ocho.
>>El Director General, don Bosco, leyó en alta
voz el nombre de los elegidos y después siguió
hablando.
>>-He aquí, pues, reelegido nuestro Capítulo,
el cual debe representar siempre a los superiores
de la Sociedad. Esto no es algo que sólo suceda
entre nosotros, sino que en todas las sociedades
religiosas existe este Capítulo, que es muy
distinto de los otros, y resulta fácil conocer sus
miembros. Así sucede en los Dominicos, los
Barnabitas y tantas otras órdenes; y en estas
Congregaciones el Capítulo tiene hasta mesa
separada, cosa que con el tiempo realizaremos
también nosotros.
>>Estos, una vez que son elegidos, deben pensar
que el cargo que tienen requiere paciencia y
sacrificio y no se les promete más premio que el
que nos dará el Señor.
>>Lo que no puedo disimularos es que nos
encontramos en un camino cubierto de espinas y que
tendremos que sufrir mucho por causa de los
hombres y por muchas otras. Nosotros somos los
primeros que hemos de pisar sobre estas espinas
porque estamos en los principios de la Sociedad.
Pero debemos consolarnos, porque no estamos solos,
ya que tenemos por un lado a nuestro Divino
Salvador ((**It9.767**)) y por
otro a la Santísima Virgen. Ellos caminan con
nosotros, nos enseñan la senda, nos consuelan y
nos sostienen.
>>Lo que más ha querido señalar el Señor es
que, tras las espinas, llegarán las rosas y en
abundancia. El nos promete grandes ayudas, muchas
bendiciones espirituales y temporales. Creceremos
mucho y él nos mandará también lo necesario para
lo temporal en abundancia, con tal de que todo se
haga servir para mayor gloria de Dios.
>>Lo que me consuela, y lo digo con cierta
complacencia, es que este año veo que nuestra
Congregación está muy bien encaminada y que todos
están empeñados en que las cosas marchen bien.
Parece
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