((**Es9.65**)
En el otro se incluye un manuscrito y se pide
que se continúe la propaganda de las Lecturas
Católicas. Habla con don Jacinto Bianchi y mira a
ver si le puedes convencer para celebrar con
nosotros la fiesta de san Francisco de Sales el
domingo: pon el pretexto de que necesitas que
alguien te acompañe, etc.
Ve a hacer una visita al canónigo Canale y
presta atención a lo que te diga; le he enviado
una nota (de los trabajos a realizar en la
iglesia) semejante a la que te adjunto. Verás si
manifiesta alguna buena disposición. Mando aquí
dos de estas notas. Quién sabe si Guelfi padre
(vía Fossatello), juntamente con algún otro, no
pueda encargarse de alguno de estos trabajos por
cuenta propia. Para norma tuya, don Jacinto
Bianchi ya ha tomado a su costa una lámpara y el
presbiterio de un altar.
Por lo demás cuida mucho tu salud; y si te
molesta el andar, manda estos paquetes sin
molestia tuya.
Pregunta a tu señora madre si sabe indicarte
alguna persona a quien poder dirigirse con
esperanza de buen resultado para estos trabajos.
((**It9.58**)) Mil
saludos a tus venerados padres y familia. Que Dios
les bendiga y guarde ad multos annos y tú créeme
siempre,
Turín, 29 de enero de 1868.
Afmo. amigo
JUAN BOSCO, Pbro.
Mientras tanto se distribuía para febrero el
fascículo de las Lecturas Católicas: Severino, o
sea, aventuras de un joven montañés, contadas por
él mismo y narradas por el sacerdote Juan Bosco.
Se trata de un joven que, después de haber
frecuentado el Oratorio, se inscribe en la secta
protestante de los Valdenses y, atormentado por
los remordimientos, vuelve al seno de la Iglesia
Católica. La trama de la narración es una continua
refutación de las mentiras de los protestantes.
La Unidad Católica del 19 de febrero de 1868
anunciaba así este opúsculo.
LAS LECTURAS CATOLICAS DE TURlN. -La segunda
entrega de las Lecturas Católicas de Turín narra
las aventuras de un jovencito víctima de las
maquinaciones de los Valdenses. Es el mismo don
Bosco quien narra estos hechos. En medio de sus
muchas ocupaciones, encuentra tiempo para publicar
alguna graciosa e importante narración. Porque él
narra, no inventa; cuenta cosas verdaderas y de
las cuales tiene a mano los documentos auténticos.
Hay, pues, en él la forma agradable de la
narración y la sustancia instructiva de la verdad.
Este pequeño volumen, que será un éxito en manos
de la juventud, tan ávida de cuentos, sólo cuesta
veinticinco céntimos. La suscripción anual a las
Lecturas Católicas comporta dos liras con
veinticinco céntimos.
Don Bosco, hablando en el año 1876 de una nueva
historieta que pensaba escribir para hacer ver los
males que las vacaciones acarrean(**Es9.65**))
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