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VI
MEDIOS POSITIVOS
PARA CONSERVAR LA CASTIDAD
Para conservar la virtud de la castidad hay
medios positivos y negativos. Hemos reducido los
medios negativos a la fuga de las ocasiones y de
todo lo que puede ocasionar un mal pensamiento o
una mala impresión.
Los medios positivos se reducen a cuatro:
Oración -Fuga del ocio -Frecuencia de los Santos
Sacramentos -Huir de las ocasiones.
Salomón escribió en el capítulo VIII, 19 del
libro de la Sabiduría:
<>-...Dame la sabiduría que se sienta junto a
tu trono, y no me excluyas del número de tus
hijos...>>.
El primer medio es, pues, la oración.
Se entiende por oración todo lo que eleva
nuestros afectos a Dios. La meditación de la
mañana es la primera. Hacedla todos siempre, pero
descendiendo a la práctica, acabadla siempre con
la resolución de sacar fruto de ella, de evitar un
defecto, de practicar alguna virtud. Hay que
rezar, si se quiere alcanzar. Después, las
oraciones que se hacen en común, por la mañana y
por la noche, deben servir para impetrar de Dios
lo que se necesita para el alma y para el cuerpo.
Récense bien y siempre.
Récelas cada uno, si puede junto con los demás. Si
no puede, paciencia, pero no deje nunca de
rezarlas... No las olvide... récese cada día el
Rosario, asístase a la santa misa y léase algún
libro devoto.
La oración debe ser manifestación de fe, que
invita a los presentes a alabar a Dios. Nosotros
los Salesianos comenzamos por oír bien la santa
misa. Los sacerdotes celébrenla con gravedad
reverente, edificante, cumpliendo con exactitud
las ceremonias. Ellos y los que ya están próximos
a las órdenes, estudien bien las rúbricas. Hay que
enseñárselas también a los alumnos, e inculcarles
la debida compostura en esta santa acción. Hace
tanto bien ver a un muchacho ayudando con devoción
la santa misa. Se ha convertido ya en un proverbio
en los pueblos:
-Ese chico ayuda tan ((**It9.709**)) bien a
misa, porque es alumno de don Bosco.
Y vosotros, sacerdotes, rezad el breviario
digne, attente ac devote (digna, atenta y
devotamente) y si podéis, ante el sagrario. Hay
que hacer bien la genuflexión y la señal de la
cruz, para animarse a la oración.
Repartid estampas, libritos, medallas que
recuerden la bondad de María Santísima. Animad a
los alumnos a cantar sus alabanzas, a celebrar sus
novenas y sus fiestas, sus sábados, y decidles las
indulgencias concedidas por la Santa Sede en tales
ocasiones. Tened una ardiente devoción a esta
Madre Santísima: Sileat misericordia tua, Virgo
Beata, si quis est qui te invocatam in
necessitatibus meminerit defuisse (No se hable de
tu misericordia, Bienaventurada Virgen, si hay
alguno que, habiéndote invocado en sus
necesidades, recordase que le ha fallado) (San
Bernardo, 4.° sermón sobre la Asunción).
Aquí tenéis lo que quería deciros sobre la
oración; acerca de ella debo notar que la mayor
parte de vosotros hace lo que os he recomendado y
yo estoy contento de ello.
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