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o bien inducen a otros a interpretarlos mal,
ocasionando menosprecio hacia quien ha hablado. En
tales casos, los buenos se alejan si pueden. Por
tanto, no hablar más de lo necesario y siempre de
algo útil para el alma.
Por la boca entra el alimento... No hay que
comer cosas fuertes, picantes, rebuscadas, de
difícil digestión, demasiado abundantes o
sabrosas, como son los dulces, las confituras. No
hay que beber vinos exquisitos o licores
embriagadores y mucho menos sin medida, porque,
obrando así, resulta un doble milagro conservar la
bella virtud. Cuando menos se espera se presentan
los pensamientos o deseos ilícitos
deliberadamente, con peligro de acciones
abominables.
Por la noche no quedarse totalmente en ayunas;
pero cuanto más ligera sea la cena, tanto más
seguros estaremos. Añado las mortificaciones, no
sólo no buscando alimentos que halagan la gula,
sino frenando estos deseos.
Estemos contentos con lo que la Providencia nos
suministra.
En cuanto a las ocasiones peligrosas os diré
que evitéis estar a solas con personas de otro
sexo. Cuando debáis tratar con ellas sed lo más
breves que podáis y, después de una mirada
indiferente al principio, hablad con la cara
vuelta a un lado, volviendo los ojos de acá para
allá sin afectación. No vayáis acompañados de
ellas por la calle. Absteneos de estrecharles la
mano, aunque sean vuestras hermanas, de mirarlas
afectuosamente, de hacerles regalos, escribirles
cartas demasiado tiernas, hacerles confidencias
demasiado exageradas, dar preferencia a una más
que a otra. Qui familiaritatem non vult vitare
suspectam, cito labitur in ruinam (El que no
quiere evitar una familiaridad sospechosa, pronto
cae en la ruina). Somos cristianos, somos
religiosos y no debemos dejarnos seducir por las
cosas de la tierra. Por eso hay que huir tamquam a
facie colubri (como de una serpiente) y cortar
toda relación.
También hay que usar grandes cuidados en el
trato con personas religiosas: Hospitiolum tuum
aut raro, aut nunquam mulieris pedes terant. Omnes
puellas aut virgines Christi, aut aequaliter
ignora, aut aequaliter dilige. Nec sub eodem tecto
mansites: nec in praeterita castitate confidas
(Que los pies de la mujer no pisen tu albergue
nunca o rara vez. Desconoce o ama por igual a
todas las hijas o doncellas de Cristo. Y no
habites bajo el mismo techo: ni te fíes de la
pasada castidad) (San Jerónimo a Nepociano) Si
propter officium clericatus, aut vidua visitatur,
aut virgo, numquam solus domum introducas (id) (Si
por ministerio clerical, visitas a una viuda o a
una doncella, nunca entres solo en casa).
Huir también de las amistades particulares con
los jóvenes, porque tienen atractivos que se hacen
querer. Abstenerse de los besos, de tomarlos por
la mano, ponerles las manos en la cara,
acariciarlos, sea como sea, de manera afectuosa;
no os permitáis gestos o palabras que puedan
despertar en ellos un mal pensamiento, un afecto
sensible; y peor aún entretenerse con ellos a
solas. Jamás los metáis en la propia celda. Esto
acarrea envidias, sospechas, maledicencias y
escándalo.
Procurad también inculcar prudentemente estos
cuidados a los ((**It9.708**))
alumnos. No os ilusionéis con las victorias
pasadas, porque se vence una, dos, tres veces,
pero después, a la cuarta se cae. Apprehende
fugam, si vis referre victoriam (Huye si quieres
triunfar).
Nadie crea que está seguro por su edad
avanzada; nada de eso; porque >>quién es más
fuerte que Sansón, más santo que David, más sabio
que Salomón? Pues, pese a tantas virtudes, cayeron
desgraciadamente. No olvidemos que habemus
thesaurum in vasis fictilibus (llevamos un tesoro
en vasijas de barro).
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