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Roma escribió una circular a propósito sobre estas
Lecturas con fecha 22 de mayo de 1858, en la que
dice: La santidad de N.S... (Jurisdicción. Véase:
Guía).
El mismo Sumo Pontífice, en una carta dirigida
al Director de las Lecturas Católicas, tuvo la
alta dignación de expresarse acerca de las mismas
con las siguientes palabras: Nihil hac agendi,
etc. (Véase año 8, f. 2, pág. X).
Por ello nosotros nos animamos a recomendarlas
también encarecidamente a su reconocido celo, a su
singular solicitud, con el ruego de que las
recomiende y difunda por aquellos lugares y entre
aquellas personas que en su prudencia, creyese han
de redundar a mayor bien de nuestra sacrosanta
Religión.
Entre tanto, en nombre de la Dirección, le
auguro toda suerte de bendiciones celestiales y,
asegurándole mi profundo agradecimiento, tengo el
honor de poderme profesar,
De V. S. Ilma.
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
El caballero Oreglia recibió el paquete y
contestó a don Bosco dándole cuentas de su
actuación y exponiendo los motivos que le retenían
en Roma por algún tiempo más. Don Bosco le
respondió:
Carísimo señor caballero Oreglia:
A la vista de su carta estoy de acuerdo con la
conveniencia de que permanezca en Roma. Haga todo
lo que pueda a mayor gloria de Dios. Pero sepa que
debemos dos meses de pan y que los proveedores de
materiales para la iglesia nos mandan las facturas
con muchas prisas; así que, para norma suya,
cuando pueda envíenos el dinero que la caridad de
los romanos tan generosamente nos da. Entre tanto
dé las gracias a todos los que nos han hecho
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caridad, asegúreles que nosotros pedimos por ellos
y por los enfermos recomendados; aún más, el
domingo celebraremos la fiesta de san Francisco de
Sales y quiero que las misas, las oraciones y
comuniones sean ofrecidas a Dios para obtener
salud y prosperidad a todos los romanos enfermos
que nos hicieron o tienen la intención de hacernos
caridad para llevar a cabo nuestras empresas.
He suspendido un momento la escritura para
recibir un billete de mil liras. Se trata de un
señor que hace un mes vino aquí con muletas y
sostenido por un criado. Reconoce que su perfecta
curación la debe a María Auxiliadora, a quien rezó
las acostumbradas oraciones, con la promesa de
hacer algo por la iglesia. Estas mil liras
servirán para acallar mañana a Rusca, que, como
sabe, es el principal proveedor de piedra para la
iglesia.
Adjunto una cartita para el abate Soleri,
antiguo alumno mío de moral. Este otoño nos pagó
una deuda de tres mil liras y desearía ahora
obtener alguna condecoración de Roma: caballero de
San Silvestre, de San Gregorio el Grande o
parecido. Busque, pues, algún agente de asuntos
eclesiásticos y dígale que lo mueva y que, si
obtiene el Breve, se pagarán las tasas necesarias,
aunque fueran cien o más escudos.
Si, por acaso, surgieran dificultades
insuperables, escríbamelo enseguida y buscaré otro
camino.
No hay ningún enfermo en casa; tampoco en Lanzo
y en Mirabello.(**Es9.63**))
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