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((**Es9.625**) decem millia a dextris tuis, ad te autem non appropinquabit (Caerán a tu lado mil y diez mil a tu derecha, pero a ti no se acercará). Y el arma poderosa es el voto de pobreza, con la renuncia de corazón y Dios os lo dará todo: Apud Deum autem omnia possibilia sunt (Con Dios todo es posible). Y como conclusión de las dos parábolas exclamaba Jesucristo: -De igual manera, cualquiera de vosotros que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo (Lc XIV, 33). ((**It9.701**)) III VOTO DE POBREZA Algunos de vosotros ya están ligados con los votos, otros están dispuestos a hacer el sacrificio de sí mismos y de sus cosas al Señor. Diré, pues, cuál es el alcance de nuestro voto de pobreza. El voto de pobreza entre nosotros mira a la administración y no a la posesión de cualquier cosa: por eso los profesos pueden retener el dominio radical, como se dice, de sus bienes; pero les está totalmente prohibida la administración, lo mismo que la distribución y el empleo de las rentas, sin el consentimiento del Superior. -Todos los socios deben hacer su testamento antes de la emisión de los votos. -Podrán disponer libremente del dominio, ya sea por testamento, ya sea per actus inter vivos, pero con el permiso del Rector Mayor. -Todos los donativos que se les hagan o los frutos de cualquier industria, trabajo material o intelectual pertenecen a la Sociedad. -Todo lo que los profesos adquieran en consideración a la Sociedad, deberán fundirlo con los bienes de la comunidad, para común utilidad de la Sociedad. -Ninguno tendrá dinero consigo o en otra parte. Nuestro voto es éste: Observantia voti paupertatis, in hoc praecipue consistit, ut animum ab omnibus terrestribus alienum habeat; quod nos vita quoqueversu communi ad victum et vestimentum consequi curabimus, nec quidpiam, nisi peculiari Superioris permissione, pro nobis retinentes 1 (La observancia del voto de pobreza consiste esencialmente en el desprendimiento de todos los bienes de la tierra, lo cual lo practicaremos con la vida común en cuanto al alimento y vestido, no reservando nada para el propio uso, sin especial permiso del Superior). Que era la regla de los apóstoles: Habentes autem alimenta, et quibus tegamur, his contenti simus (Mientras tengamos comida y vestido estemos contentos con eso) (I Tim VI, 8). El apósotol san Pablo escribía a los Filipenses: Omnia... arbitror ut stercora, ut Christum lucrifaciam (Todas las cosas las tengo por basura para ganar a Cristo) (III, 8). Y Jesús había prometido un gran premio a esta pureza de intención: Beati pauperes spiritu, quoniam ipsorum est regnum coelorum (Bienaventurados los pobres de espíritu porque de ellos es el Reino de los cielos) (Mat. V, 3). No dice en el futuro, como en las obras bienaventuranzas, sino que dice es. Nuestra pobreza debe ser real y no de nombre. Gloriantur de nomine paupertatis, et socios paupertatis fugiunt (Se glorían del nombre de la pobreza pero huyen de los socios de la pobreza) (San Bernardo). Socios de la pobreza son las privaciones, la penuria, el trabajo, etc. En la celda, en los vestidos, en la mesa, en los libros, en los viajes, etc. Pauperes esse volunt, eo tamen pactu ut nihil eis desit (Quieren ser pobres a condición de que nada les falte) (San Bernardo de Adv. Dom.). 1 Véase: Vol. VIII, pág. 899 -N. 6 -1.°. (**Es9.625**))
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