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que componen en ella el Capítulo y los sacerdotes
que lo pidan, pueden presentarse al Rector Mayor a
exponerle cuanto es del caso.
El dar cuenta de sí mismo al propio Superior es
práctica generalmente establecida en todas las
casas religiosas y resulta muy ventajosa; por eso
yo también espero de ella un gran bien para
nosotros, sobre todo para alcanzar la tan
necesaria paz del corazón y la tranquilidad de
conciencia.
Hay muchas cosas que decir a este respecto. Se
hará con otras circulares, con adecuadas
conferencias y especialmente en los próximos
ejercicios espirituales de Trofarello, si Dios
misericordioso ((**It9.690**)) nos
conserva, como espero, y nos ayuda a podernos
reunir todos allí en el próximo mes de septiembre.
íAnimo, mis queridos hijos! Tenemos una gran
empresa entre manos. Muchas almas esperan de
nosotros la salvación; entre estas almas la
primera debe ser la nuestra, después la de
nuestros socios y la de todo fiel cristiano a
quien podamos aportar cualquier ventaja. Dios está
con nosotros. Trabajemos para corresponder a los
celestes favores que nos ha concedido y que
esperamos quiera seguir concediéndonos
abundantamente en lo porvenir.
La gracia de Nuestro Señor Jesucristo sea
siempre con nosotros y nos conceda el espíritu del
fervor y el precioso don de la perseverancia en la
sociedad. Amén.
Día solemne de la Asunción de la Santísima
Virgen 1869.
Afmo. en Jesucristo
JUAN BOSCO, Pbro.
P. D.: Esta carta circular será leída a todos
los socios de nuestra Pía Sociedad 1.
El sábado, día 14 de agosto, don Bosco partía
del Oratorio para Montemagno, donde se celebraba
solemnemente al día siguiente la fiesta de la
Asunción.
Era esperado en Montemagno por el marqués
Fassati, quien había preparado para aquel día un
gran banquete con invitados en su honor. Don Juan
Bautista Francesia había ido un día antes que el
Venerable. Cuando llegó el coche, el Marqués montó
en cólera al ver que llegaba sin don Bosco, ya que
tenía en mucho su presencia y, dirigiéndose a don
Juan Bautista Francesia, dijo:
1 En la primera edición de la Vida de don Bosco
en dos volúmenes, esta carta fue asignada a la
Anunciación de 1869, pero la fecha verdadera, como
consta en varios documentos auténticos es la
fiesta de la Asunción, o sea, el 15 de agosto del
mismo año.
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