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con el Santísimo Sacramento y haremos oraciones
especiales en el altar de la Santísima Virgen con
todos nuestros muchachos reunidos. Además, por mi
parte, en mi pequeñez, tendré cada día un memento
en la Santa Misa. Esperemos.
Le agradezco la lismosna que promete para la
iglesia de María Auxiliadora que, en verdad, está
todavía desnuda, y para nuestros pobres muchachos,
que ciertamente no dejarán de invocar las
bendiciones del cielo sobre usted y sobre todos
los bienhechores que les suministran el pan
cotidiano.
Llevo entre manos un problema muy urgente, como
verá por la hojita que le adjunto. Quién sabe si
usted no podrá recomendarlo a alguna piadosa
persona y cooperar de este modo a librar las almas
de esos pobres muchachos de las fauces de la
herejía. De todos modos, dispense mi atrevimiento.
Dios les bendiga a usted, a su señora madre y
hermano y a toda la familia Cataldi. La santísima
Virgen obtenga de su Divino Hijo que todos tengan
largos años de vida feliz y el precioso don de la
perseverancia en el bien. Amén.
Me encomiendo a sus oraciones y me profeso
agradecido,
De V. S. muy estimada
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
Al pie de la circular, incluida en la carta, se
lee esta apostilla:
<>.
Otro pensamiento preocupaba a don Bosco por
aquellos meses. El Ayuntamiento de Cherasco se
había dirigido a él para abrir un colegio
internado en aquella ciudad y los tratos estaban
ya en un buen momento.
Las condiciones del contrato fueron,
esencialmente, las mismas del Ayuntamiento de
Cavour; y fueron aceptadas. El local destinado a
colegio era el magnífico convento de Nuestra
Señora del Pópolo, que, antes de la supresión de
las órdenes religiosas, perteneció a los Somascos,
quienes regentaban, además, la parroquia aneja y
dirigían las ((**It9.672**))
escuelas públicas y enseñaban en las mismas.
Monseñor Galletti, Obispo de Alba, aprobó el
convenio y, una vez muerto el religioso que
administraba la parroquia, determinó que el
párroco de la iglesia sería el Director de la
escuela, nombrado por don Bosco.
La iglesia de nuestra señora del Pópolo es
considerada como uno de los templos más
majestuosos del Piamonte por su magnífica fachada,
su recinto interior casi octogonal, su amplia y
elevada cúpula y sus muy notables adornos de
estuco.
Sería la cuarta casa salesiana, sin contar la
de Trofarello; y don Bosco tenía que pensar en el
personal dirigente y docente. Era necesario
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