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Y le vio adelantarse,
El segundo en ser llamado fue Passerini, y el
médico repitió:
-íEnfermo!
Mas Passerini respondió:
-íPresente!
Y se plantó ante don Bosco.
El médico no pudo contener su indignación:
llamó aparte a los dos alumnos, los miró de arriba
abajo, dijo que las pústulas habían desaparecido y
que eso era algo serio, que los superiores eran
los responsables de cuanto pudiera suceder.
Después ((**It9.654**)) subió a
la enfermería y, como no encontró allí más que a
Baravalle, salió indignado.
En efecto, sin la intervención de una ayuda
sobrenatural, aquellos muchachos no habrían
podido, sin grave peligro, pasar de un ambiente
caliente al aire frío del patio y permanecer allí
tanto tiempo sin riesgo. En cambio estaban curados
del todo, excepto Baravalle que siguió el curso
normal de la enfermedad y, merced a los cuidados
del doctor Magnetti, pudo dejar la cama unos
veinte días después.
Desde Turín, escribía don Bosco al Rvmo. señor
don Almerico Guerra, en Lucca. Este le había
enviado su libro Vocaciones al estado eclesiástico
como regalo. En él mencionaba varias veces al
Venerable, con palabras muy laudatorias, y
elogiaba su celo por las vocaciones eclesiásticas;
recomendaba varias de sus obras y la edición de
los clásicos latinos expurgados, y denominaba a
los colegios y escuelas de don Bosco <> que <>.
Muy apreciado en el Señor:
Turín - Valdocco, 6-6-69
He recibido su libro Vocaciones al estado
eclesiástico y se lo agradezco de corazón. Está
todo él según mi espíritu y deseo vivamente que
corra por las manos de los educadores de la
juventud. Lo que me desagrada es el galante
recuerdo que dedica a mi pobre persona, sin mérito
alguno para ello. Sin embargo, agradezco
cordialmente su bondad.
Entretanto, si es usted el editor, le ruego me
envíe de momento diez ejemplares: más adelante le
pediré otros. Mande el importe a nuestro común
amigo P. Bertini con quien tengo cuenta abierta.
Si pensara en la reedición, le mandaría con
gusto algunas notas. Resultarían lecciones a
Minerva; pero siempre serán una prueba de buen
querer con un amigo.
Que Dios le bendiga a usted y sus trabajos.
Ruegue por mi pobre alma y créame con gratitud y
afecto,
De V. S. Rvma.
Afmo. en Jesucristo
JUAN BOSCO, Pbro.
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