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hasta entonces, propiedad del señor Falchero, con
fachada por levante al paseo citado, poco distante
de la iglesia y de las escuelas de los
protestantes, y limitando a poniente con la calle
de San Pío V.
Tiene una superficie de casi veinticinco áreas,
con alguna construcción. La superficie sería
suficiente para construir una iglesia, escuelas y
patio para recreo. Los primeros gastos ascenderían
a un total de dieciséis mil liras.
Urgiría adquirir el terreno; el resto de los
gastos para la construcción correspondiente
quedaría en manos de la divina Providencia que no
faltará, pues ya tenemos pruebas de casos
similares anteriores.
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Precisamente para lograr también esta suma se
recurre a la caridad de las personas que la divina
Providencia suscitó en tiempos excepcionales para
ayudar a las obras que buscan el bien del prójimo
y la gloria de nuestra santa Religión Católica.
Envió una de las primeras copias de esta
llamada manuscrita al conde Eugenio De Maistre.
Oratorio de San Francisco de Sales.
Turín-Valdocco, 5 de mayo de 1869.
Muy apreciado señor conde Eugenio:
La misma bondad con que tantas veces me ayudó
debiera hacerme decir basta y no renovar mis
peticiones; pero el estado miserando de esta
ciudad y el caso excepcional de que se trata, me
impelen a recurrir también a usted en este caso.
Por el folio adjunto verá de qué se trata y
cuál es la necesidad que se querría cubrir, que es
como decir: arrancar a la pobre juventud de las
fauces de la herejía.
Le soy deudor por muchas razones y por tanto,
sea cual fuere su decisión, yo no disminuiré mi
celo por rogar y hacer rogar todos los días al
Señor por usted y por toda su familia.
No sé si su señor hermano Francisco puede
también hacer algo; si cree oportuno hablarle de
ello, lo confío a su prudencia.
Le ruego presente mis humildes saludos a todos
los de su familia y, augurando para cada uno de
ellos copiosas bendiciones del cielo, tengo el
honor de profesarme con la más sincera y profunda
gratitud,
De V.S.
Su
seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
Aquel mismo día moría en el Oratorio un alumno,
aprendiz de encuadernación: era el tercero de los
profetizados por don Bosco. Leemos en las memorias
necrológicas del Oratorio:
5 de mayo de 1869.
Adolfo Ciocca, natural de Giaveno, de
diecisiete años de edad, murió el 5 de mayo de
1869 en el Oratorio. Era un joven de muy buenas
esperanzas, pero, descarriado
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