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exigir; una grave deficiencia para los pagos de
quien tenía que mantener gratuitamente otros
centenares de alumnos.
Decía la circular:
...Señor:
Me apresuro a comunicar a V. S. que, de acuerdo
con el reglamento de esta Casa, la pensión o cuota
establecida al aceptar a los alumnos, debe pagarse
por trimestres adelantados, y que, el
incumplimiento de este artículo, presupone la
llamada del jovencito junto a sus padres.
Si, por tanto, no cumple V. S. este artículo
del reglamento dentro de quince días, deberemos,
muy a pesar nuestro, enviar a V. S. al alumno
mismo, para solicitar lo que se debe.
Acepte los sentimientos de aprecio y respeto
con que celebro profesarme,
De V.S.
Seguro servidor
MIGUEL RUA, Pbro.
Prefecto del Ortorio
Esta disposición no era en verdad una simple
cuestión económica. Era un medio oportuno para
alejar del Oratorio a los indignos y holgazanes,
para reivindicar los derechos de la justicia,
puesto que ciertas personas pudientes, con engaños
y por sórdida avaricia, hacían mantener e instruir
por la ((**It9.626**)) caridad
pública a sus hijos; era un medio para recordar la
beneficencia prestada a los internos del Oratorio.
Don Miguel Rúa, fiel ejecutor de las órdenes de
don Bosco, era ejemplar en los deberes de su
oficio. Logró cobrar algunas cantidades, envió
alguno a sus padres y don Bosco, a quien recurrían
los más invocando caridad, tenía que contestar
benignamente concediendo demora de pago a unos y
hasta perdón de la deuda a otros. Este favor lo
alcanzaron muchos jóvenes verdaderamente buenos,
que don Bosco se quedó consigo, sin preocuparse de
las ideas y condiciones de sus familias. Era
siempre el triunfo de la caridad.
Entre las numerosas y conmovedoras anécdotas
que tuvieron lugar contaremos solamente dos.
Erase un muchacho bonísimo cuyos padres,
pobres, no podían pagar la exigua pensión
prometida. Habiéndose enterado de la intimación
enviada a sus padres, presentóse conmovido a don
Bosco, suplicándole que no le mandaran a casa.
-Tranquilo, le respondió el Siervo de Dios.
-Sí, pero entre tanto...
-Si te hacen salir por la puerta de Oratorio,
vuelve a entrar por la de la iglesia de María
Auxiliadora, y nadie te molestará.
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