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Rvda. Madre Superiora:
Me acaban de enviar esta carta, por lo que
ruego a usted tenga la bondad de mandar a quien me
escribe un prospecto de su colegio con las
indicaciones que juzgue convenientes.
Con esta oportunidad le auguro todas las
bendiciones del cielo para usted y toda su
comunidad, mientras con gratitud me profeso,
Turín, 13 de abril de 1869.
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
Y no era simplemente un proyecto suyo, sino una
verdadera inspiración de María Santísima, que
quería recoger también a sus hijas bajo su manto
de Auxiliadora. >>Y dónde establecer el primer
colegio? En Mornese, lejos de los centros
comerciales, de los ferrocarriles y sin facilidad
de coches. >>Cuándo y con qué medios? Dios lo
sabía y eso le bastaba. >>Buscaría don Bosco las
primeras profesoras, educadoras y maestras entre
las diversas órdenes ya aprobadas? íNo! Las
escogería entre las Hijas de la Inmaculada de
Mornese, entre aquellas pobres campesinas, sin
instrucción, casi todas analfabetas, que no sabían
pedagogía, pero a las que el Dios de las ciencias
había predestinado.
Ellas abrirían la primera casa de la nueva
institución, recogerían las primeras alumnas y su
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Comunidad llegaría a ser una Congregación
religiosa que se formaría con maestras tituladas
para la enseñanza, y reuniría millares de niñas en
colegios florecientes, esparcidos por todo el
mundo, con el nombre y la protección de María
Auxiliadora. Y >>a quién pondría don Bosco al
frente de tan gran empresa? A una santa joven que,
sin tener en cuenta dificultades, soportando
fatigas, privaciones y sacrificios, había
conseguido con viva caridad llevar al Señor a
todas las chicas del pueblo natal. El Venerable
sabía, hacía años, que era un verdadero tesoro.
Bueno será recoger aquí algunos datos.
Hacia el año 1862, don Bosco asistió en Acqui a
una fiesta y conferencia, en la que tomaba parte
el Clero, presidido por el Obispo monseñor
Contratto. Allí se encontró con don Domingo
Pestarino. Después de la fiesta, viajaron juntos,
de Acqui a Alessandria, y se comunicaron sus
ocupaciones en favor de las almas. Don Domingo
Pestarino le habló de la Pía Unión de las Hijas de
la Inmaculada, de las que era Director en Mornese,
y cómo algunas de ellas habían empezado a ocuparse
de las muchachas. Al llegar a Alessandria, como
ambos debían tomar distinto camino para volver a
su residencia,
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