((**Es9.549**)
-Perdone, señor; usted está mal informado; don
Bosco no tiene hermanos.
->>Usted qué sabe? Yo le conozco bastante.
-Y yo vuelvo a repetirle que don Bosco no tiene
hermanos, ((**It9.612**)) y, por
consiguiente, no pueden tener caballos ni coche,
y, si va a Castelnuovo, todos le podrán decir que
los sobrinos de don Bosco son unos campesinos como
lo era su padre. Vea, pues, cómo hablando de lo
que no se sabe, se corre el riesgo de pasar por
mentiroso. Y, además; >>cree prudente hablar mal
públicamente de una persona de la que puede
recibir un perjuicio? Por ejemplo, >>si el marqués
de Fassati llegara a saber lo que ha dicho de él,
estaría contento?
-Lo que he dicho ha sido a modo de
conversación.
->>Y llama usted conversación denigrar de ese
modo a un personaje, cuya ejemplar caridad todos
conocen? >>Cree usted que eso no es nada? >>No
piensa que alguien pueda referir al Marqués, que
le da el pan, lo que usted se permite decir en su
contra?
-No creo haya aquí quien pueda decírselo, a no
ser que vaya usted a contárselo.
->>Y si yo fuera?
-No creo que usted lo haga.
-Sin embargo le aseguro que la primera vez que
yo me entere de que usted ha sostenido
conversaciones inmorales y escandalosas, iré
enseguida a contárselo al Marqués. Que le sirva
esto de norma, porque yo cumplo lo que prometo.
-Le aseguro, dijo aquél tartamudeando... y
declaro que jamás tendré semejantes
conversaciones... para darle gusto, imagínese...
pero >>quién es usted?
-Yo soy... íel sacristán de don Bosco!
Miró aquel señor a don Bosco y enmudeció.
Estaba tan humillado que los demás viajeros
contenían con dificultad la risa. Aquella buena
madre, que ya había sacado del mantón la cabeza de
su hijo, se volvió agradecida hacia el que la
había defendido tan victoriosamente. El
deslenguado empezaba a dudar quién fuera aquél con
quien había discutido y se quedó cabizbajo hasta
el fin del viaje.
Cuando don Bosco bajó del vagón, acudieron a su
alrededor varias personas, que le saludaron por su
nombre. El Comendador..., ((**It9.613**)) que
también se había apeado, se acercó humildemente y
le preguntó:
->>Es usted don Bosco?
->>Y pues?
-Dispénseme, por favor...
(**Es9.549**))
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