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algún pobre sacerdote secular dado al vicio de la
bebida. Sale de casa, va a las tabernas, se
emborracha y cae en un estado triste y deplorable.
Y >>cómo guardar la castidad en tales condiciones?
íAh! Si no se pierde, es un verdadero milagro.
Dapes (manjares). Templanza en el comer. Para
nosotros, en casa no hay peligro porque tenemos
sólo lo necesario, pero obsérvese el ayuno del
viernes por cuanto se pueda.
Ahora habrá crisis, porque es cierto que la
Sociedad está aprobada, pero todavía no basta: hay
que reorganizarla, establecerla; hay que examinar
quiénes son los que no sirven para la Sociedad y
despedirlos; hay otros indecisos, que deben
determinarse; cada uno debe tomar sus decisiones,
porque el Superior está obligado en conciencia a
obrar así.
Habrá diversos religiosos y párrocos rurales
que pedirán entrar en la Congregación: hay que ir
muy despacio en aceptarlos, porque querrían venir
aquí a mandar, aun con buen espíritu; pero nos
estorbarían o difícilmente se podrían acomodar a
nuestro estilo de vida.
Estemos atentos a no cambiar las tradiciones,
porque, de lo contrario, sera muy difícil volver
al antiguo fervor.
Os contaré un hecho.
Había un padre rector en un convento que quería
poner remedio a los desórdenes que en él se daban;
quería reformarlo. ((**It9.600**)) Veía
salir libremente a los frailes, con la falsa
excusa de no poder vivir sin darse mañana y tarde
un paseito para distraerse un poco. El había
pensado reducir la comida a dos platos diciendo
que así los religiosos podrían hacer la digestión
más fácilmente.
Lo pensó y lo hizo; pero los religiosos se
lamentaron de ello al Padre Provincial diciendo
que su superior los mataba de hambre. El Rector
dijo al Provincial, en defensa propia, que las
rentas del convento no podían aguantar tanto gasto
para comer. El Provincial le respondió:
-Mirad; vuestros religiosos aguantarán las
disciplinas, las penitencias más rígidas, pero si
les tocáis el vientre, no podréis reducirlos a la
obediencia y se os largarán.
-No puedo hacer de otro modo, replicó el
Rector. Escribiré al Padre General.
-No, porque entonces vuestro convento será
destruido por los Superiores.
Así quedaron las cosas y es una verdad que en
aquel convento se habría economizado y no hubiera
sido suprimido por la autoridad civil; mas, por
haber sido tocado en el vientre, se disolvió por
sí mismo. Se dispersaron los frailes antes de que
llegase la orden de abandonarlo. >>Habéis
entendido?
En otra ocasión determinaremos el personal del
Capítulo. Están para terminar los que lo formaban.
Trataremos de cómo se hará la elección y
quiénes serán los electores. Después se hará la
votación. Tal vez los votantes serán solamente los
profesos perpetuos. Hay que pensar, además, en un
local y en un oratorio privado para reunirnos.
Cuidémonos de ser realmente dignos fundadores
de la Sociedad de San Francisco de Sales, a fin de
que los que leyeren nuestra historia puedan
encontrar en nosotros otros tantos modelos y no
tengan en cambio que exclamar:
-íQué tipo de fundadores eran aquéllos!
Ayudadme con vuestra buena voluntad y
obediencia en esta gran empresa. Toca a vosotros
hacerme fácil la tarea.
Es muy bonito decir: íponeos al frente de una
Congregación! Hay que someterse a la prueba. La
diversidad de sentimientos y de ideas y el trabajo
de aunar a muchos
(**Es9.539**))
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