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estrépito, todos aquellos monstruos se dieron a
una precipitada fuga, unos por una parte, otros
por otra. Y al producirse aquel ruido me desperté
y me encontré en mi lecho.
íOh, queridos jóvenes, cuántos de los que yo
jamás habría sospechado, tenían el lazo al cuello
y el gatazo a las espaldas! Ya sabéis qué
simbolizan esos tres lazos. El primero, que sujeta
a los jóvenes por el cuello, simboliza el callar
pecados en la confesión. El lazo les obliga a
cerrar la boca para que no se confiesen del todo:
o bien para que digan de ciertos pecados que
cometieron cuatro veces que solamente incurrieron
en ellos tres. El que tal hace, falta contra la
sinceridad de la misma manera que el que calla
pecados. El segundo lazo es la falta de dolor; y
el tercero la falta de propósito. Por tanto, si
queremos romper estos lazos y arrebatarlos de las
manos del demonio, confesemos todos nuestros
pecados y procuremos sentir un verdadero dolor de
ellos y hagamos un firme propósito de obedecer al
confesor.
((**It9.596**)) Aquel
monstruo, poco antes de montar en cólera, me dijo
también:
-Observa el fruto que los jóvenes sacan de las
confesiones. El fruto principal de ellas debe ser
la enmienda; si quieres conocer si yo tengo a los
jóvenes sujetos con los lazos, observa si se
encomiendan o no.
Debo añadir que quise también que el demonio me
dijera por qué se ponía detrás, a las espaldas de
los jóvenes, y me respondió:
-Para que no me vean y poderlos arrastrar más
fácilmente a mi reino.
Pude comprobar que eran muchísimos los que
tenían a las espaldas aquellos monstruos, más de
los que yo hubiera sospechado.
Dad a este sueño el alcance que queráis; lo
cierto es que he querido observar y comprobar si
era cierto cuanto he soñado y he sacado como
consecuencia que se nos ofrece una verdadera
realidad. Aprovechemos, pues, la ocasión que se
nos ofrece de ganar la indulgencia plenaria,
haciendo una buena confesión y una santa comunión.
Hagamos lo posible por vernos libres de estos
lazos del demonio.
El Padre Santo concede indulgencia plenaria a
todos los que, el día del quincuagésimo
aniversario de su primera misa, el próximo
domingo, día 11 de abril, confesados y comulgados,
rueguen según la intención de la Santa Iglesia. El
sábado tendrá una audiencia privada del Padre
Santo el caballero Oreglia, el cual le ofrecerá el
Album con la firma de todos los alumnos del
Oratorio y de las demás casas.
Mientras tanto mirad si, tiempo atrás, habéis
cumplido las condiciones necesarias para hacer una
buena confesión: yo os encomendaré a todos el
domingo en la santa misa.>>
El Album, a que se refería don Bosco, era un
elegante cuaderno de gran formato con cuarenta y
ocho páginas. En la portada se leían solamente
estas palabras: ONCE DE ABRIL DE 1869. En las
otras páginas seguía una inscripción latina y una
dedicatoria en italiano.
La inscripción latina era ésta:
Laetitia. Maxima. Gestientes -Et Ante. Pedes.
Tuos. Sanctissimos. Provoluti -Tibi -O. PIE. IX.
Pontifex. Maxime -Iam. Inde. A. Quinquaginta.
Annis -Sacra. Deo. Facienti -Mente. Et. Corde.
Gratulantes -Sacerdotes. Alumni. Sacrorum. Et
Iuvenes -Asceteriorum. Taurinensium -Quibus. A. S.
Francisco. Salesio. Aloysio. Et Iosepho -Nomina.
Sunt. Facta -Et Ephebeorum. A. S. Philippo.
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