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pasado. Sólo alguno de los confidentes del secreto
esperaba y callaba.
El Siervo de Dios, aunque anduvo muy ocupado
con las confesiones, no dejó de inspeccionar la
casa, de dar conferencias, de hablar con
superiores y alumnos, de dar audiencia a quien la
pedía; y, resultado de sus diligencias, fue
también una proposición al Municipio.
Ilmo. señor Alcalde:
Con motivo de la visita que estoy haciendo a
las escuelas del municipio de Lanzo, confiadas a
nuestros cuidados, he quedado muy satisfecho de la
disciplina, la aplicación y la moral que advierto
en sus alumnos, tanto internos como externos.
Pero he observado, con verdadera pena, la
aglomeración de los alumnos, que ciertamente son
más de los que caben en sus locales. Me
desagradaron sobre todo los dormitorios, el
estudio, y el refectorio, tan abarrotados que no
cabe uno más, mientras son continuas las
peticiones de admisión que se nos hacen desde
diversos pueblos.
Para atender a estas necesidades ya traté otras
veces con el Municipio, que tomó todo con la
debida consideración y sólo adujo la falta de
medios materiales que no permitían por entonces
tomar las medidas oportunas. Aunque sea muy
limitada la situación de mis recursos, sin
embargo, por el deseo de proveer al bien de la
juventud estudiantil y dar solidez y prosperidad
al floreciente colegio de Lanzo estaría decidido a
realizar algunos trabajos por mi cuenta, de
acuerdo con los principios manifestados, esto es:
1.° El sacerdote Juan Bosco asumiría por su
cuenta la ampliación de los actuales locales del
colegio para uso de clases, según planos y lindes
a someter al beneplácito del Ayuntamiento.
2.° El Ayuntamiento no hace ningún préstamo
monetario, pero entiende compensar los gastos
hechos por el sacerdote Bosco en el caso presente,
dejando el nuevo local para libre uso del mismo
por espacio de cuarenta años, con tal que continúe
atendiendo a la pública instrucción científica de
la juventud.
((**It9.592**)) 3.°
Pasados cuarenta años, los nuevos locales pasarán
total y absolutamente a propiedad del
Ayuntamiento.
Me parece bien hacer presente que, con este
contrato, no ocasiona el Ayuntamiento ningún
gravamen a sus sucesores en la pública
administración del pueblo, porque con poca
extensión de terreno ganaría un edificio sin coste
alguno, que serviría para las escuelas públicas,
remediaría un defecto del actual edificio del
colegio, y que, mientras se deja a otros el uso,
tiene que servir para continuar siendo empleado en
beneficio del pueblo.
No creo de ningún modo que se hayan de
encontrar dificultades ante el Consejo Provincial,
ya que no sería un contrato gravoso para el
Ayuntamiento, pues quedaría cubierto con la misma
convención de quien permite edificar en el propio
suelo, a condición de que, transcurrido aquel
número de años, el edificio pasa a propiedad del
dueño del terreno.
Ni tampoco puede engendrar dificultades el caso
en que fueran cambiados los programas por parte
del Gobierno, porque, sean ellos los que fueren,
siempre deberán
(**Es9.532**))
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