((**Es9.512**)
El Santo Pontífice me decía también:
-Pienso que está en mejores condiciones una
casa religiosa donde se reza poco, pero se trabaja
mucho, que otra en la que se rece mucho y se
trabaje poco o nada.
Y me recomendó que nos libráramos de confiar a
religiosos jóvenes el cuidado de las sacristías en
las iglesias públicas, porque, decía, en ellas se
lleva normalmente una vida ociosa, en la que se
encuentran más peligros de los que se cree, y la
experiencia enseña que esto es causa de
deplorables caídas.
El Papa terminó animándonos a seguir adelante
para llevar almas al Señor. Estaba profundamente
conmovido por las maravillas que el Señor obra en
nuestro favor y por las gracias que derrama sobre
nosotros. Por eso su Vicario nos acompaña con sus
bendiciones.
Don Bosco cerró así la conferencia:
((**It9.567**)) He aquí
brevemente el motivo de mi viaje a Roma y en
general lo que he hecho allí. Hemos obtenido
exenciones y privilegios, pero seremos siempre
obedientísimos a los Obispos y a los párrocos y no
nos serviremos de nuestras facultades, sin antes
agotar los demás medios, hasta por humilde
deferencia.
Por lo demás, sean dadas gracias de todo
corazón a Dios y haga ahora que nuestra
Congregación se purifique en su cuerpo entero y en
sus miembros y que pueda aportar dignos frutos
para su gloria y bien de las almas. De este modo
nos haremos querer y en el nombre del Señor
haremos grandes cosas.
Dicho esto, don Bosco disolvió la asamblea.
Repitió y explicó muchas veces, en privado y en
conferencias, los avisos de Pío IX. Al día
siguiente se despedían los directores del querido
Padre, llevando consigo las florecillas para la
novena de san José.
Florecillas para la novena de San José. Marzo
de 1869.
1. ° Padecer, y antes morir que pecar.
2. ° >>De qué me servirán las riquezas, los
honores y los placeres a la hora de la muerte?
3. ° Tarde o temprano he de presentarme al
tribunal de Dios.
4. ° Es una locura buscar la felicidad
lejos de Dios.
5. ° íQué larga será la eternidad!
6. ° Tal y como se vive, se muere.
7. ° Dios no abandona al joven virtuoso.
8. ° íQué dulce placer descansar en paz con
Dios!
9. ° íQué hermoso debe ser el paraíso!
Quiero alcanzarlo.
10. ° En honor de San José, no mancharé
jamás mi lengua con palabras indecentes.
Al día siguiente escribía el caballero Oreglia
a la presidenta Galleffi:
(**Es9.512**))
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