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de Roma. Me prometió venir el último día de su
estancia, mas no vino>>.
El día 2 de marzo celebró la santa misa en San
Pedro ad Víncula, donde le esperaban muchas
personas; el marqués Angel Vitelleschi informaba
de ello al Caballero de este modo:
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Aquella misma mañana le llevaron a don Bosco un
paquete, con el sello de la Sagrada Congregación
de Obispos y Regulares, para entregar a S. E.
Monseñor Riccardi. Contenía el decreto de
aprobación de la Pía Sociedad Salesiana y una
carta para el Arzobispo.
Gran parte de aquel día la pasó don Bosco con
su huésped, el tipógrafo Marietti: y hacia
medianoche se dirigió a la estación, acompañado
por el padre Verda. El cardenal Berardi y las
familias Vitelleschi y Villarios enviaron sus
coches para acompañarle.
Muchos amigos le esperaban para despedirse. En
cuanto llegó a Florencia, la marquesa Uguccioni
escribía a Turín:
Caballero Oreglia:
Le comunico, con verdadero placer, que esta
mañana, a las nueve aproximadamente, llegó don
Bosco a Florencia. Tuve la satisfacción de que
viniera a celebrar la santa misa en mi capillita.
Le anuncio también, con sumo pesar, que el viernes
por la mañana, a eso de las diez, piensa estar en
Turín. Ya ve ((**It9.556**)) lo
egoísta que soy. Don Bosco me encarga le diga,
aunque me parece inútil, que procure esté alguno
en la estación.
3 de marzo de 1869.
JERONIMA UGUCCIONI GHERARDI
Don Bosco se hospedó en Florencia en el palacio
arzobispal y se entrevistó con el caballero
Cantón, a quien contó que las negociaciones para
conseguir la casa de San Cayo, propuesta por el
Papa, estaban ya adelantadas, sin renunciar a las
gestiones para la iglesia del Santo Sudario.
Se marchó de Florencia el día 4, a las once de
la noche, y le seguía una carta de la señora
Uguccioni para el caballero Oreglia:
Me tomo la libertad de pedirle nuevos libros,
porque me los han reclamado las señoras de Rípoli
y creo cumplir una orden de don Bosco, procurando
su envío. Me
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