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-Señor Abate, es necesario que os apresuréis
para alcanzar también la aprobación de las
Constituciones; estoy informado de todo, conozco
vuestro y os ampararé de todas maneras. Pero ya
soy viejo, de un momento a otro puedo faltar, y a
saber quién será elegido Papa después de mí y cómo
se prorrogarán las cosas.
-Padre Santo, respondió don Bosco con su
tranquilidad habitual; el Señor os reserva todavía
para grandes cosas; tenéis que hacer mucho bien a
su Iglesia.
-íEh!, respondió Pío IX, sólo falta un año y
medio para los veinticinco y no hay que olvidar el
non videbis dies Petri (no verás los días de
Pedro).
-íNo es verdad de fe!
-Cierto, no es de fe; pero es una sentencia que
aún no han desmentido los siglos.
-Escuche, Santidad, prosiguió sonriendo don
Bosco; ante todo hay que deducir año y medio
durante el cual Su Santidad estuvo en Gaeta y no
en Roma. Además, san Pedro, encima de los
veinticinco años de Roma, estuvo siete en
Antioquía y dos en Jerusalén: por eso digo a Su
Santidad, que no só lo videbis dies Petri, sino
todavía más.
-Pues bien; cuando lleguemos a aquel punto,
entonces tendré en cuenta lo que me habéis dicho y
celebraré vuestra predicción.
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Finalmente el Padre Santo le dio unas sabias
normas para que la Pía Sociedad se fundamentase
cada vez más en la vida religiosa y le encargó se
las recomendara como guía práctica a los socios.
También le dio consejos y recomendaciones para los
jóvenes alumnos.
La audiencia duró una hora.
Aquella misma tarde escribía monseñor Manacorda
a don Miguel Rúa:
Queridísimo Padre:
Don Bosco ha recibido su carta, pocas horas
después de haber enviado yo mi anterior.
Ahora, que acabó lo relativo a la Congregación
de San Francisco de Sales, da vueltas para
encontrar con qué pagar la nueva casa de Roma.
Parece que los primeros pasos van bien. Espero
que, tampoco en esto, abandone el Señor a su fiel
siervo. Tal vez el lunes o el martes se haga el
acta notarial y así don Bosco volverá a Turín
llevándose dos escrituras de la máxima
importancia. La de la compra de una casa y la de
la aprobación de la Pía Sociedad. Bendito sea Dios
y bendita sea la Santísima Virgen Auxiliadora de
los Cristianos.
Don Angel Savio está autorizado por don Bosco
para cerrar el contrato de venta del inmueble que
usted sabe: firmará la escritura don Bosco apenas
llegado a ésa.
(**Es9.490**))
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