((**Es9.461**)
AUNQUE don Bosco tenía confianza plena en la ayuda
final de la Virgen, no había dejado de apoyarse en
todo cuanto le sugería la virtud de la prudencia.
Aún no conocía él ciertas disposiciones que
precisaba tomar, determinadas gestiones que hacer,
algunas costumbres y procedimientos que seguir. Ya
en Turín había recurrido en busca de consejo a
algunos miembros de órdenes religiosas, mas éstos,
por un motivo o por otro, habían declarado que no
le podían ayudar. Apenas llegó a Roma, se dirigió
al reverendo Borgogno, procurador general de los
Lazaristas. Este le recibió con verdaderas
demostraciones de afecto, le entregó un ejemplar
de las reglas de su Congregación para su gobierno,
le sugirió buenos consejos para conseguir su
finalidad, le indicó varios documentos y cómo
debía presentarlos, le animó, se ofreció para
ayudarle con todas sus fuerzas, y le invitó para
que acudiese a él siempre que se encontrase en
apuro. Su consejo le valió para vencer muchas
dificultades; don Bosco recordaba siempre con gran
agradecimiento a este su bienhechor.
De acuerdo con las normas recibidas, siguió el
Venerable visitando a Cardenales y Monseñores
pertenecientes a la Congregación de Obispos y
Regulares, entre los que se hallaban el Prefecto
cardenal Quaglia y el Secretario monseñor
Svegliati. Sostuvo con ellos largas conversaciones
en las que le pidieron explicaciones sobre la Pía
Sociedad, que presentaba en sus Constituciones
unas bases algo diferentes a las de las
congregaciones ya existentes. Cuando en 1874 se
discutía sobre la aprobación definitiva de las
Constituciones de la Pía Sociedad, el Venerable,
en su afán de difundir cada vez mejor sus ideas y
ganarse el apoyo de personas autorizadas, escribió
e hizo imprimir en la Tipografía Políglota de la
Sagrada Congregación de Propaganda una Relación
histórica sobre la Congregación de San Francisco
de Sales y aclaraciones sobre la misma. Se trataba
de un opúsculo de veinte páginas. En ((**It9.507**)) la
página diez, dice que ya expuso sus ideas en 1869
a monseñor Svegliati, al cardenal Quaglia, al
mismo Pontífice y al benemérito cardenal Berardi.
Y añade:
<>Qué buscáis en esta Sociedad, el bien del
prójimo o el de los socios?
R.-La finalidad de esta Sociedad es el bien
espiritual de los socios, mediante el ejercicio de
la caridad con el prójimo y especialmente con los
muchachos pobres.
P.->>Qué es lo que más miráis para aceptar a
los socios?
(**Es9.461**))
<Anterior: 9. 460><Siguiente: 9. 462>