((**Es9.437**)
Así las cosas, don Bosco salió, sin compañía,
el día 8 de enero hacia Florencia.
Aquel mismo día escribía monseñor Lorenzo
Gastaldi ((**It9.479**)) a Roma
a Su Eminencia el Cardenal Prefecto de la Sagrada
Congregación de Obispos y Regulares:
Saluzzo, 8 de enero de 1869
Eminencia Reverendísima:
Va de viaje para Roma el muy reverendo señor
don Juan Bosco, sacerdote de Turín, que abrió
alrededor de 1845 en esta ciudad un Oratorio para
educar en él cristianamente a la juventud; fue
éste tan bendecido por la Providencia, que tiene
ahora alrededor de ochocientos muchachos internos,
además de varios centenares que acuden a él
solamente los días festivos. La magnífica iglesia
dedicada a María Auxiliadora, levantada por dicho
sacerdote junto a este Oratorio, por la enorme
cantidad de más de medio millón de liras, más
otros tres Oratorios festivos para atender a la
juventud, a los que acuden domingos y fiestas
alrededor de dos mil muchachos, y otros dos
colegios internados abiertos y mantenidos para el
mismo fin en Lanzo Torinese y en Mirabello,
diócesis de Casale, tan solicitados que no bastan
sus locales para atender las peticiones,
demuestran claramente que la Obra de este
sacerdote está protegida por la mano de Dios, y
que beneficia a la religión.
Es patente, por sí misma, que para conservarse
y seguir adelante esta Obra necesita muchos
coadjutores, los cuales no pueden convivir juntos
y estar unidos por un mismo fin y animados por el
celo y el espíritu de sacrificio que ella
requiere, sin estar ligados a la vez por los votos
religiosos y formando una sociedad religiosa.
Por esto, el arriba dicho, don Bosco, fue
formando desde el principio clérigos y sacerdotes,
a los que comunicó su espíritu, y con cuya ayuda
ha dirigido y conducido felizmente sus
instituciones; y esos clérigos y sacerdotes
empiezan ya a componer la Sociedad que hará
duradera una Obra tan bien encaminada.
El que suscribe vio nacer y crecer esta
Sociedad, conoció y conoce a todos ellos, y se ve
obligado a elogiarlos y desearles un afianzamiento
seguro.
A tal fin es totalmente necesario que esta Obra
obtenga de la Santa Sede Apostólica la sanción,
sin la cual no podrá jamás tener estabilidad. El
reverendo don Bosco ya presentó a la Santa Sede
las Reglas de su Sociedad y suplicó a la misma que
le concediera las gracias y exenciones necesarias
para toda sociedad religiosa.
El que suscribe recomienda calurosamente a V.
E. este deseo del reverendo don Bosco y ruega se
le atienda, a fin de que consiga de la Santa Sede
lo que necesita para que su Sociedad quede bien
formada y establecida: ella promoverá, fuera de
toda duda, como lo ha promovido y promueve, lo que
es más urgente en estos días, esto es, la
educación cristiana de la juventud.
((**It9.480**)) El que
suscribe besa su sagrada púrpura y con profundo
respeto se profesa.
De V. E. Rvma.
Su atento
y seguro servidor
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LORENZO, Obispo de Saluzzo
A S. Em.¦ el Card. Prefecto
de la S. C. de Obispos y Regulares
(**Es9.437**))
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