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CAPITULO IV
EXTRAÑA PETICION DE DON JUAN BONETTI A DON BOSCO
-DON BOSCO ENVIA UN AGUINALDO DE LA VIRGEN PARA
CADA UNO DE LOS DEL COLEGIO DE MIRABELLO -CARTA DE
UN CLERIGO A DON BOSCO AGRADECIENDOLE EL AGUINALDO
-COMUNICA POR CARTA A LA CONDESA CALLORI QUE HA
ESTADO UN POCO ENFERMO; QUE VISITO A SU HIJO EN EL
COLEGIO DE VALSALICE Y LE DA NOTICIAS DE EL;
DISCULPA LA LENTITUD DE LA EDICION DE UN LIBRO;
SUSPENDE EL PLAN DE LA FUNDACION DE UN COLEGIO;
ELEVADO COSTE DEL PAN; NECESIDAD DE PRESERVAR DEL
FRIO A SUS ALUMNOS; ESPERA VERLA EN CASALE -MANDAN
MANTAS AL ORATORIO DESDE EL ALMACEN DE INTENDENCIA
MILITAR -CARIDAD DE DON BOSCO
SI la carta de don Bosco a los alumnos del colegio
de Lanzo les llenó de alegría y les decidió a
hacer buenos propósitos, mucho más conmovió a los
de Mirabello otra carta suya, que, por
circunstancias poco ordinarias, era muy esperada.
A finales del mes de noviembre había escrito don
Juan Bonetti una carta a don Bosco:
Queridísimo don Bosco:
Al acercarse la novena de María Inmaculada un
extraño pensamiento ha pasado por mi mente. Me lo
he adueñado y se lo expongo.
He pensado, pues, que nosotros llamamos a la
Virgen, Madre y en cambio se la dice Reina de los
ángeles: por consiguiente nosotros somos sus hijos
y no súbditos y siervos. En efecto, para nosotros
y no para ellos se dijeron aquellas palabras: Ecce
filius tuus: ecce mater tua (He aquí a tu hijo: he
aquí a tu madre).
Así las cosas, me dije: no hay duda de que el
amor de un hijo debe ser mucho más vehemente que
el de un súbdito, por fiel que éste sea, y, por
tanto, nuestro amor a María no debe ser inferior
al de los ángeles. Aunque los ángeles ((**It9.31 **)) al
presente puedan amar a María más que nosotros,
esto sucede porque ya se encuentran en la
bienaventuranza; pero, pese a ello, nosotros
tenemos, como hijos, más derechos, mayores
títulos, más fuertes obligaciones que ellos para
amarla y venerarla, especialmente por los grandes
beneficios que nos ha prestado.
En consecuencia, y aunque a primera vista
parezca demasiado atrevido, he propuesto a
nuestros hijos de Mirabello desafiar a los ángeles
a celebrar la novena y fiesta de la Inmaculada
Concepción, estimulándoles al mismo tiempo a
emplear todas sus fuerzas para superar en estos
días a los espíritus celestiales en entusiasmo
y(**Es9.40**))
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