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la promesa infiel. Los dos niños murieron antes de
los doce meses, dejando a aquellas familias en la
mayor consternación. Otras volvieron a padecer las
mismas desgracias y aun peores. Buscaron la razón
y vieron que no habían cumplido lo prometido.
Conviene también recordar aquí que Dios concede
las gracias pedidas de diversos modos. A veces es
necesario pedir durante largo tiempo y la
perseverancia lo alcanza. Otras, se obtiene la
liberación total de un mal; en ocasiones el mal no
aumenta, sino que cesa del todo, o disminuye la
intensidad. Hay casos en los que da la resignación
al divino querer, nos libra Dios de otros males o
nos cambia el favor temporal por otro espiritual
que sirve para el bien eterno del alma. En todos
estos casos nuestra oración, presentada por la
Santísima Virgen ante el trono del Altísimo, fue
escuchada, y nosotros le debemos profesar el más
vivo agradecimiento y cumplir las promesas hechas.
Obrando así, estamos seguros, como nos lo afirma
el Evangelio, de ser oídos: Qui petit, accipit;
(el que pide, recibe); nuestras oraciones no
quedarán jamás sin fruto.
Una petición
A vosotros, piadosos bienhechores de esta
iglesia y del asilo anejo, a todos los que leáis
este recuerdo, me atrevo a dirigiros
respetuosamente una súplica. Oíd: puede decirse
que esta iglesia se ha terminado, pero aún quedan
muchas cosas por hacer y pagar. Faltan muchas
obras, muchos objetos y paramentos sacerdotales.
Son necesarias, además, cosas y personas para
desempeñar los distintos oficios del sagrado
ministerio, por lo que os suplico continuéis
vuestra beneficencia y hagáis llegar vuestras
obras de caridad a la iglesia de María Auxiliadora
y a los pobres muchachos del Oratorio de San
Francisco de Sales. Nosotros, por nuestra parte,
no dejaremos de invocar las bendiciones del cielo
sobre nuestros bienhechores para que Dios, rico en
gracias, os haga a todos felices en la tierra y en
la eterna bienaventuranza.
Se enviaba a los suscriptores dicho opúsculo, a
finales de octubre, y ya el Venerable encargaba a
personas instruidas y versadas en varias lenguas,
especialmente en francés, ((**It9.409**)) otros
opúsculos interesantes para la buena prensa, que
los tradujeran al italiano o redactaran otros
nuevos. El pensamiento de las Lecturas Católicas y
la difusión de la buena prensa lo tenía siempre
fijo en la mente.
Escribía al noble señor Abel de Collegno:
Queridísimo Señor:
Hace ya mucho tiempo que deseaba encomendarle
un trabajo, y por descuido lo he diferido hasta
hoy.
Aquí le presento dos biografías de santa María
Magdalena. Haga una solamente con las dos:
1.° Suprimiendo las oraciones y reflexiones que
no guardan relación con la narración.
2.° Omitiendo las descripciones francesas y
conservando las de los santos lugares.
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