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una muerte tan desgraciada>>. Apenas dije esto, se
apagaron las llamas a mi alrededor y
desaparecieron hasta las señales de las quemaduras
que tenía por el cuerpo y en las manos. Otros me
ayudaron a salir de aquel lugar, pero mientras yo
estuve allí las llamas no avanzaron.
>>Y dicho esto, entregó a don Bosco para la
Virgen una limosna de tres mil liras, fruto de los
ahorros de toda la vida, pues era una pobre
obrera>>.
Esta narración está escrita por el caballero
Oreglia a la reverenda madre Galeffi.
Por aquellos días llegáronle a don Bosco otras
cartas de personas que se encomendaban a sus
oraciones. Por la mañana del 3 de octubre, antes
de salir para I Becchi, respondía a la condesa
Caccia Dominioni, de Milán.
Turín, 3 de octubre de 1868
Benemérita señora Condesa:
No tenía idea clara de las incomodidades por
las que pasa su hijo. Creía yo que se trataba de
cansancio; ahora no dejaré de elevar oraciones
especiales por él. A mediados del corriente mes,
espero hacer un viaje a Milán y, en el caso de que
ya hubieran vuelto del campo, le daré una
bendición especial; si no estuviere todavía en
Milán, se la mandaré desde la tumba de san Carlos,
adonde espero ir a celebrar la santa misa.
Tenga por cierto, señora Condesa, que todos los
días la encomiendo en la santa misa y en nuestras
oraciones de comunidad, y con usted a toda su
familia. La vida del cristiano es vida de fe:
esperémoslo todo de la bondad del Señor. Me
encuentro en Castelnuovo de Asti con parte de mi
familia; dentro de pocos días estaré de nuevo en
Turín.
((**It9.384**)) Que
Dios bendiga a usted y a toda su familia y les dé
a todos salud y largos años de vida feliz.
Ruegue por mí, que agradecido me profeso
Su
afmo. y seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
El 4 de octubre, no acudió mucha gente a las
funciones religiosas de I Becchi, a causa del mal
tiempo. Desde allí escribió don Bosco a Turín,
Lanzo y Mirabello, dando encargos y consejos.
Castelnuovo, 5 de octubre de 1868
Queridísimo caballero Oreglia:
Observe si ya se respondió sobre el joven
recomendado por don Jacinto Bianchi. Espero que
sea admitido; tuve carta y no sé dónde ha ido a
parar.
(**Es9.354**))
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