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((**Es9.315**) >>-Venga el que quiera; no me confesaré. >>Fue don Bosco y en cuanto llegó, dijeron a la enferma: >>-Ha llegado don Bosco. >>-Cuando esté curada me confesaré. >>-Es que don Bosco te hará sanar. >>-Que me cure y entonces me confesaré. >>Como yo tenía en la mano una medalla de María Auxiliadora con un cordoncito, se la presenté. La enferma la tomó, la besó y se la puso al cuello. Los presentes lloraban de emoción. Hice que salieran aquellas personas; la bendije y ella se santiguó; le pregunté cuánto tiempo hacía que no se confesaba y se confesó. Cuando terminó me dijo: >>->>Qué le parece? Hace poco no quería confesarme y me he confesado. >>Estaba contenta. >>-Pues yo no sé qué decir, le respondí: mire, es la Santísima Virgen, que quiere que se salve. >>Y la dejé con los sentimientos de una buena cristiana. >>Pongamos, pues, toda nuestra confianza en María, y quien no lleve aún su medalla al cuello póngasela; y por la noche, y en las tentaciones, besémosla y experimentaremos una gran ayuda para nuestra alma. >>Hoy se ha encontrado una cartera, con algunos billetes de banco dentro y dos medallas envueltas en un papel. Quien la haya perdido que pase a recogerla. Se le devolverá como premio a su devoción a la Virgen. >>La flor para mañana es hacer una mortificación: por ejemplo, perder un minuto de recreo para hacer una visita a Jesús Sacramentado o algo semejante>>. 6 de septiembre Flor: Devoción en la iglesia. El 8 de septiembre, a las seis de la tarde, después de los actos religiosos en la iglesia, se leyeron las calificaciones de los exámenes y se hizo el solemne reparto de premios a los estudiantes que se habían distinguido por su ((**It9.339**)) aplicación y conducta. Aquel día, impregnado con el recuerdo de las bondades de don Bosco para con sus queridos hijos, terminó, como de costumbre, con un variado entretenimiento de música, cantos, poesías serias y cómicas que hicieron muy agradable la fiesta. Cada año comenzaba ésta con el discurso de un profesor y la cerraba don Bosco, con una charla siempre digna de consideración. El 9 por la mañana, después de la santa misa, dio don Bosco una plática con los avisos para las vacaciones, tejió un himno de acción de gracias y una gran parte de los estudiantes marchó a su casa. El Siervo de Dios les había recomendado calurosamente la devoción a la Virgen y plena confianza en ella en las necesidades espirituales y temporales: la misma confianza que llevaba multitudes a la iglesia (**Es9.315**))
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