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((**Es9.293**) SIGUE LA CURACION -ANTIGUA PROFECIA DE DON BOSCO SOBRE LA VIDA DE DON MIGUEL RUA LOS mecánicos se preparaban para montar en el Oratorio una nueva máquina tipográfica. El caballero Oreglia había comprado el 3 de julio al abogado Domingo Fissore un taller de imprenta y encuadernación por la cantidad de ocho mil quinientas liras. Se trataba de las máquinas, tipos y demás accesorios; bancos, estanterías y todos los demás enseres y muebles depositados por el propietario en el Refugio de la Mendicidad. Había hecho este gasto porque, como crecía el trabajo en la imprenta, no quería que se retrasara la publicación de las Lecturas Católicas. Estas, en realidad, salían con regularidad. El mes de julio los abonados recibían el opúsculo Historia de algunas conversiones célebres, en el cual se señala que sólo en la Iglesia Católica abundan los milagros. En un apéndice se narra una gracia recibida por intercensión de María Auxiliadora. Para el mes de agosto se estaba imprimiendo: El gran tesoro: íay de quien lo pierde! Consideraciones populares, por el sacerdote Pedro Boccalandro, rector de San Marcos en Génova. Se refiere al tesoro de la fe, tan necesario para todos y especialmente para cuantos trabajan y sufren. La obrita describe la hermosura de la fe, su certeza, los bienes que reporta, el daño de su pérdida, las cualidades que la fe debe poseer, las causas por las que se pierde y los medios para conservarla. Para el mes de septiembre don Bosco había preparado la Vida del jovencito florentino Ernesto Saccardi, escrita por el sacerdote Juan Bonetti, director del Seminario de Mirabello. Saccardi fue un alumno angelical de aquel seminario menor, cuyo programa se adjunta, como apéndice del opúsculo. Ya hemos visto en la carta escrita a don Juan Bonetti que el Venerable había leído atentamente y hecho correcciones a esta biografía. El sometía al examen de una seria crítica ((**It9.313**)) los escritos de los suyos, destinados a la imprenta, lo mismo que quería que sus obras fueran examinadas por sus hijos. El 5 de julio, por la noche, reunidos todos los alumnos estudiantes y aprendices, les decía: -El día 15 tendremos grandes fiestas. Comenzarán las Cuarenta Horas y vendrá a predicar el obispo monseñor Galletti. Como preparación procuremos no pensar más que en lo tocante a nuestros deberes de piedad, estudio o trabajo, según el estado de cada cual. (**Es9.293**))
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