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SIGUE LA CURACION -ANTIGUA PROFECIA DE DON BOSCO
SOBRE LA VIDA DE DON MIGUEL RUA
LOS mecánicos se preparaban para montar en el
Oratorio una nueva máquina tipográfica. El
caballero Oreglia había comprado el 3 de julio al
abogado Domingo Fissore un taller de imprenta y
encuadernación por la cantidad de ocho mil
quinientas liras. Se trataba de las máquinas,
tipos y demás accesorios; bancos, estanterías y
todos los demás enseres y muebles depositados por
el propietario en el Refugio de la Mendicidad.
Había hecho este gasto porque, como crecía el
trabajo en la imprenta, no quería que se retrasara
la publicación de las Lecturas Católicas. Estas,
en realidad, salían con regularidad.
El mes de julio los abonados recibían el
opúsculo Historia de algunas conversiones
célebres, en el cual se señala que sólo en la
Iglesia Católica abundan los milagros. En un
apéndice se narra una gracia recibida por
intercensión de María Auxiliadora.
Para el mes de agosto se estaba imprimiendo: El
gran tesoro: íay de quien lo pierde!
Consideraciones populares, por el sacerdote Pedro
Boccalandro, rector de San Marcos en Génova. Se
refiere al tesoro de la fe, tan necesario para
todos y especialmente para cuantos trabajan y
sufren. La obrita describe la hermosura de la fe,
su certeza, los bienes que reporta, el daño de su
pérdida, las cualidades que la fe debe poseer, las
causas por las que se pierde y los medios para
conservarla.
Para el mes de septiembre don Bosco había
preparado la Vida del jovencito florentino Ernesto
Saccardi, escrita por el sacerdote Juan Bonetti,
director del Seminario de Mirabello. Saccardi fue
un alumno angelical de aquel seminario menor, cuyo
programa se adjunta, como apéndice del opúsculo.
Ya hemos visto en la carta escrita a don Juan
Bonetti que el Venerable había leído atentamente y
hecho correcciones a esta biografía. El sometía al
examen de una seria crítica ((**It9.313**)) los
escritos de los suyos, destinados a la imprenta,
lo mismo que quería que sus obras fueran
examinadas por sus hijos.
El 5 de julio, por la noche, reunidos todos los
alumnos estudiantes y aprendices, les decía:
-El día 15 tendremos grandes fiestas.
Comenzarán las Cuarenta Horas y vendrá a predicar
el obispo monseñor Galletti. Como preparación
procuremos no pensar más que en lo tocante a
nuestros deberes de piedad, estudio o trabajo,
según el estado de cada cual.
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