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fervientes oraciones y buenas obras, pedimos al
Señor que acelere su liberación de las llamas del
purgatorio>>.
Resaltó lo saludable que es este pensamiento
para las almas purgantes, para nosotros mismos y
lo sumamente grato que le resulta a la Santísima
Virgen, la cual ciertamente muestra el más vivo
interés por aquellas queridas almas que también
son sus hijas, y ansía y celebra que alguno se
dedique a acelerar su futura felicidad celestial.
Cerróse la sagrada función con la bendición del
Santísimo Sacramento. Con este funeral terminaron
las gratas funciones de la consagración y del
octavario de la iglesia de María Auxiliadora.
La Unidad Católica del 21 de junio hacía este
resumen:
En la mañana del pasado miércoles se acabó el
octavario por la solemne consagración de la nueva
iglesia erigida en Turín a María Auxiliadora. Todo
lo anunciado en el programa se cumplió con la
mayor exactitud y grandiosidad. La concurrencia
fue más que extraordinaria, la iglesia estuvo
siempre repleta de gente, especialmente el día del
Corpus y el domingo siguiente: parecía que toda la
ciudad se hubiera volcado sobre Valdocco; con
dificultad podían circular los carruajes por las
calles que conducen a la iglesia; tan ocupadas
estaban continuamente por la devota población que
acudía a la iglesia en bandadas.
Y no sólo los turineses quisieron tomar parte
en tan gran solemnidad, sino que concurrieron de
los pueblos vecinos y también de los lejanos;
insignes personajes de Génova, Milán, Florencia,
Bolonia y hasta de Roma llegaron a Turín para
asistir a la consagración de la nueva iglesia. Y
no era sólo la solemnidad lo que atraía a tanta
gente, ya que el espíritu de devoción se reflejaba
en todos los rostros; por la mañana en particular
se veía la devoción de los turineses a María
Auxiliadora, porque, de la aurora al mediodía, era
continua la recepción de los santos sacramentos;
por lo que se ha podido calcular, sin peligro de
exageración, que las comuniones repartidas en la
nueva iglesia durante dicho octavario, pasaron de
doce mil.
Además, todas las funciones sagradas resultaron
espléndidas...
Y después de citar los Obispos que tomaron
parte en ellas, añadía el mismo periódico:
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Solemnizaba muchísimo los pontificales la música
instrumental
y vocal, que no faltó en ninguna función de la
mañana, ni de la tarde; de modo que nada más se
pudo desear para engrandecer y dar realce y decoro
a las sagradas funciones de todo el octavario.
Ha sido admirable también que, en medio de tan
gran concurso de gente, no
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