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pues, si aquí se alza la
admirable mole
que el pueblo de Turín feliz
aplaude,
a sólo Aquel que puede cuanto
quiere
y a Ti, María, se debe.
Tú, en la idea del Hijo
omnipotente,
descubriste el proyecto y lo
copiaste
fielmente, y por un ángel luego
hiciste
esculpir en la mente de tu
apóstol,
y tiene tal deseo de ensalzarte
que él, amado, te ama;
en cuyo corazón arde la llama
del amor más sincero.
Mas sólo al clero hostil
admira el grupo de los
descontentos.
III
Todo el que ignora tu poder,
María,
pensó que era locura
esta empresa ciclópea que
exigía
un inmenso caudal de plata y
oro;
y hubo almas pías que hasta la
tacharon
de inútil osadía;
en tan míseros tiempos de
angustiosa
necesidad, cuando arde contra
Cristo
y su Iglesia implacable y dura
guerra,
>>cómo llevar a cabo
empresa tan grandiosa? >>Lo
podrá
un pobre sacerdote?
>>De qué sirve tener una alma
grande
cuando los medios faltan?
Sin un milagro auténtico
imposible llegar a feliz
término.
((**It9.263**)) IV
Y Tú, a quien Dios su
omnipotencia dio,
Inmaculada Madre,
hiciste el gran prodigio, y lo
vocean
tanto el creyente fiel como el
profano,
que sólo cree en el hombre y en
las obras
de su trabajo y ciencia.
Del más seco peñasco brotó un
día
la más preciosa y límpida
corriente,
y se cubrió de flores la
infecunda
tierra de áridos troncos.
Pues este augusto Templo ahora
renueva
el antiguo milagro;
nacido de la nada, he ahí sus
torres
cual de un palacio regio
(**Es9.250**))
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