((**Es9.25**)
Y dicho esto me alejé de ellos, rodeado siempre
de una gran cantidad de jóvenes.
Seguimos, pues, paseando por el jardín, y tras
haber recorrido un buen trecho de camino, llegamos
a un prado bellísimo cubierto de verdor. Yo,
entretanto, me decía a mí mismo:
-Pero >>cómo es esto? >>Ayer noche me acosté en
mi cama y ahora me encuentro todos los muchachos
esparcidos acá y allá por este jardín?
Cuando he aquí que veo otra numerosa turba de
muchachos dispuestos en círculo, en cuyo centro
había algo que no podía distinguir bien. Me di
cuenta, sin embargo, de que estaban arrodillados;
unos rezaban y otros cantaban. Me acerqué y pude
comprobar que rodeaban un ataúd diciendo las
preces de difuntos y entonando el Miserere.
Entonces les pregunté:
->>Por quién rezáis?
Todos ellos, con semblante melancólico, me
respondieron:
-Ha muerto otro joven y ha tenido una buena
muerte. Ha recibido con edificante piedad los
santos sacramentos y ha dado muestras de sólida
piedad. Ahora le llevan ya a la sepultura. Estuvo
enfermo ocho días y vinieron a verlo sus padres.
Les pregunté el nombre del difunto y me lo
dijeron; me sentí muy apesadumbrado al oírlo y
exclamé:
-íOh, lo lamento! Era uno que me quería mucho y
no he podido darle el último adiós... tampoco al
otro pude verlo antes de que muriese... >>Es que
ahora se van a morir todos?... Un muerto aquí,
otro allá... Pero, >>es posible? Ayer uno... y hoy
otro...
->>Qué dice? me respondieron >>Un muerto hace
poco y otro ahora? >>Le parece poco tiempo y han
pasado ya tres meses desde que falleció el
primero, tal día y a tal hora?
((**It9.13**)) Al oír
esto pensé entre mí:
->>Sueño o estoy despierto?
Me parecía no soñar y, por otra parte, no sabía
qué pensar de lo que estaba oyendo.
Comenzamos después a internarnos por aquellos
bosquecillos, y tras un buen rato de caminar he
aquí que oí cantar de nuevo el Miserere. Detuve el
paso y se pararon los que me acompañaban; vi otro
grupo numeroso de jóvenes que se acercaba.
Entonces pregunté a los que estaban junto a mí:
->>Qué hacen estos? >>Adónde van?
Venían de un lugar próximo y estaban todos
desconsolados y con los ojos llenos de lágrimas.
->>Qué tenéis?, les pregunté, saliendo a su
encuentro.
-íAh! Si supiese...
->>Qué ha sucecido?
-Ha muerto un joven.
->>Cómo? >>Pero, he de ver muertos por todas
partes? >>A quién habéis acompañado a la
sepultura?
Y los jóvenes, dando muestras de extrañeza,
exclamaron:
-íCómo! Pero >>no sabe nada? >>No se ha
enterado que ha muerto fulano?
->>También ése ha muerto? pregunté.
-Sí; pobrecillo... Sus padres no han venido a
verlo... pero...
->>Pero qué? >>Acaso no ha tenido una buena
muerte?
-No. Ha muerto de forma poco deseable.
->>No recibió los sacramentos? (**Es9.25**))
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