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de las funciones solemnes y especialmente las de
los pontificales. Estas ceremonias les eran
familiares, porque todos los jueves del año se
tenía esta clase, para la cual había dado don
Bosco sus reglas prácticas:
<<1.° Tenga cada uno su libro de ceremonias;
>>2.° Se avise ocho días antes qué oficio debe
prepararse para los ensayos de clase.
>>3.° A este fin, de 9,30 a 10 de la mañana,
haya estudio también para los clérigos.
>>Para ayudar a las misas solemnes:
>> 1.° Se avise a cada uno, la víspera, el
oficio que debe prepararse.
>>2.° Se determine la hora exacta para estar en
la sacristía>>.
((**It9.233**)) Con el
mismo fin más de cuatrocientos cantores ensayaban
durante gran parte del día los distintos números
de música, junto con muchos maestros de canto y
distinguidos aficionados de la ciudad;
espontáneamente asistían a los ensayos generales
hasta los más célebres músicos de Turín. La banda
de la Guardia Nacional, con generosidad
verdaderamente digna de corazones desinteresados,
ofreció su colaboración para la misa solemne del
miércoles 10 de junio y para otras funciones. En
consecuencia pidió al Ayuntamiento, y
benévolamente lo obtuvo, que les fueran cambiados
el día y la hora del servicio público ordinario.
En el patio se preparaban las banderas y
gallardetes que debían ondear al viento en las
ventanas; las lamparillas para la iluminación
general; los tenderetes adornados para la feria,
en la que se pondrían a la venta libros, lindos
objetos de quincalla y papelería, objetos de
devoción y corbatas, cuellos y cosas por el
estilo; todo un bazar de cuanto podía agradar a
los jóvenes compradores. También se preparaba un
local destinado a ambigú para la venta de café,
agua, gaseosa y cerveza, en favor de los alumnos y
sus padres.
Don Bosco había enviado cartas de invitación a
monseñor Riccardi de Turín, monseñor Ghilardi de
Mondoví, monseñor Formica de Cúneo, monseñor Rota
de Guastalla, monseñor Galletti de Alba, monseñor
Jans de Aosta, monseñor Gastaldi de Saluzzo,
monseñor Ferré de Casale, monseñor Balma, Obispo
de Tolemaida; a todos los bienhechores y amigos
que tenía y a personajes notables de la ciudad y
del Estado.
Seleccionamos sólo una carta de respuesta a
estas invitaciones.
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