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son argumentos que prueban la santidad del Siervo
de Dios y demuestran que había en él la fe capaz
de transportar las montañas, unida a un espíritu
de sacrificio sin condiciones para obedecer a la
voluntad del Señor.
En efecto, la divina Providencia está dispuesta
a ofrecer la ayuda necesaria, a condición de que
el hombre emplee todos los medios, pidiendo
consejo, implorando la ayuda de los demás,
empleando como mejor pueda sus pensamientos, su
vigilancia, su trabajo. La Providencia no es para
holgazanes. Los Santos estaban seguros de que Dios
velaba junto a ellos y por ellos; no obstante,
actuaron siempre con tal cautela, con tales
medidas, con tal atención que no hubieran hecho
nada, si Dios los hubiera abandonado a sus solas
fuerzas. Pero no hubo nada, por arduo, difícil y
trabajoso que fuera, que no lo emprendieran,
cuando se trataba de la gloria del Señor.
Confiaban que él, una vez agotados los medios
humanos, acudiría en su socorro: Ayúdate, que yo
te ayudaré. Así hizo don Bosco. No ahorró viajes,
vigilias, fatigas, sudores, penurias, diligencias,
afrentas, persecuciones y humillaciones para
socorrer a los muchachos pobres, como si tuviera
que esperar el feliz resultado de sus heroicas
empresas, de su industria y no de la protección
divina. Estaba persuadido de que era necesario
merecer con los propios sacrificios la protección
del cielo: Dominus regit me et nihil mihi deerit
(Yavéh es mi pastor, nada me falta) (Sal. XXII,
vers. 1 ).
Mientras tanto don Bosco repartía entre
personajes distinguidos muchos ejemplares del
librito titulado: Maravillas de la ((**It9.204**)) Madre
de Dios, invocada con el título de María
Auxiliadora; y nosotros hemos encontrado, entre
las cartas de agradecimiento, la siguiente tarjeta
de visita: <>.
No pasaba día sin que el Siervo de Dios no
escribiese una línea, en las cartas o en las
estampas, en honor de la bienaventurada Virgen
María para inspirar devoción hacia Ella, y
conservaba las narraciones de gracias obtenidas
por su mediación para formar con ellas libritos a
fin de que María fuese cada vez más honrada y
amada.
El 14 de mayo enseñaba a los alumnos cómo
debían hacer la novena de María Auxiliadora.
Tengo que daros una buena noticia: mañana
empieza la novena de María Auxiliadora. Este año
no podremos celebrarla todavía en la iglesia
nueva, pero esperamos
(**Es9.201**))
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