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4.° Don Juan Cagliero trajo de su parte mil
liras como un rasgo más de su acostumbrada
caridad. A este respecto será bueno tenga la
bondad de decirme si debo anotar esta cantidad
entre las que prometió, o mejor dicho, me hizo
abrigar esperanza para los dos ángeles a colocar
sobre los campanarios, uno de los cuales ya está
terminado y el otro en construcción; o bien para
la otra finalidad del Liceo.
5.° A propósito del mismo, me encuentro en el
caso de efectuar una modificación. Hay una señora
que daría un local cerca de la Gran Madre de Dios,
pero está alquilado para varios años y había que
dar una fuerte indemnización a los inquilinos, lo
cual, unido al gasto de instalación, nos
acarrearía un verdadero quebranto económico.
Yo hubiera tomado la decisión de adaptar una
parte del edficio, aquí cercano, y destinarle a
esto. Disminuirían los gastos, el personal estaría
en un momento allí y aquí, y todo se realizaría
ante mis ojos. He hecho ya una prueba este año y
tengo unos veinticinco filósofos que estudian y me
dan gran satisfacción con su ((**It9.132**))
conducta. Modificadas así las cosas, >>no hacen
cambiar el fin de su beneficencia y la voluntad de
hacerla?
6.° Dígame usted lo que quiere, como madre
prudente a un hijo atolondrado; yo lo tomaré en
buen sentido, más aún, pretendo que haga usted lo
que pueda y quiera, con derecho a venir y dejarlo
en suspenso cuando inesperadas razones así lo
aconsejaren.
En cuanto a la tardanza en los pagos, todo
quedaría como ha escrito; es decir, en mayo,
julio, noviembre y aún con otras variantes que los
hicieran más cómodos.
7.° El Obispo de Casale es afabilísimo con
nuestras casas y nos hace todo el bien que puede;
es ésta la mayor satisfacción que tengo en estos
momentos.
8.° Para darle una sencilla prueba de nuestro
agradecimiento, el domingo in albis celebraré la
santa misa y nuestros jovencitos harán su comunión
con oraciones particulares según su pía intención.
Dios bendiga a usted, benemérita señora
Condesa, a toda su familia y, entre otras cosas,
le conceda gracia y paciencia para leer esta
pesada carta. Mientras, me encomiendo a la caridad
de sus oraciones y me profeso con profunda
gratitud.
De V.S.B.
Turin, 12 de abril de 1868.
Su
seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
El día 13, lunes después de Pascua, fue don
Bosco a Lanzo, a donde le había llegado una
preciosa respuesta.
Reverendo Señor:
Las atentas felicitaciones que V. S. me ha
presentado en nombre propio y en el de los muchos
sacerdotes y clérigos del Oratorio de Valdocco, de
San Luis, de Lanzo y de Mirabello, me resultaron
agradabilísimas y me siento contento al dar a
usted, y a todos por su medio, mis más sinceras
gracias. Ruégole, de modo particular, se las
presente a los clérigos del seminario menor de
Mirabello, de donde llegóme también el último día
del mes pasado una afectuosísima carta. Me
encomiendo a las oraciones de todos para mejor
poder corresponder a mis nuevos deberes y espero
que no dejará de hacerlo su atenta caridad.
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