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9.¦ Entiende también que los alumnos recen a
perpetuidad, mañana y tarde, un padrenuestro,
avemaría y gloria según su intención y celebren un
modesto funeral, tanto en el día de la muerte de
su marido, como aquél en el que, lo más tarde que
a Dios plazca, fuese llamada la donante a la vida
eterna para gozar del fruto de su caridad.
En folio aparte añadió la eximia señora las
siguientes condiciones.
1.¦ La nueva fundación se llamará Instituto
Chirio, en recuerdo perenne de la querida memoria
del marido difunto, y se pondrá bajo la especial
protección de san Benito y de san Miguel Arcángel.
2.¦ La señora Angela Chirio pretende adquirir
el derecho de presentar a su gusto cuatro
jovencitos gratuitos en el nuevo Instituto o bien
en el Oratorio de San Francisco de Sales. Estos
jovencitos deben tener la edad y el grado de
instrucción prescritos para ingresar, como
aprendices o como estudiantes, y podrán permanecer
internados hasta acabar el bachillerato, si son
estudiantes, o hasta haber aprendido un oficio, si
son aprendices.
3.¦ El derecho de presentación será ejercido
por la misma señora Chirio durante su vida
natural; después pasará al sacerdote Juan Bosco y
a sus herederos. La elección deberá hacerse con
preferencia entre sus parientes y, de no haberlos,
serán ((**It9.131**))
elegidos entre los más necesitaoos de Torre
Pellice, puesto que ella pretende hacer un bien a
su pueblo natal, al que siempre ha tenido gran
afecto.
4.¦ El sacerdote Juan Bosco será, no obstante,
el verdadero y absoluto dueño del Instituto y
jamás estará obligado a dar cuenta a nadie en lo
tocante a su administración, ni a la elección de
los que hay que admitir y de todo lo relativo a
este asunto.
Entre tanto surgieron graves dificultades que
habrían ocasionado largas demoras y daños al
proyecto. En efecto, el 12 de abril escribía don
Bosco con filial confianza a la condesa Callori y,
entre otras cosas, le manifestaba un nuevo
proyecto sobre el particular, hecho con el
asentimiento de la señora Chirio.
Benemérita señora Condesa:
Hoy es Pascua y aprovecho un momento libre,
después de las funciones sagradas, para ajustar
mis cuentas con V. S. B.
Veo que no puedo lograr la liquidación de
cuentas, pero al menos suplicaré una benigna
condonación, o bien otro remedio, que usted
ciertamente no me querrá negar en estos días.
1.° Perdón por la respuesta que debo y que he
descuidado aun en cosas de interés.
2.° Perdón por el retraso del libro, que
finalmente se concluyó; se está encuadernando y
tendrá un ejemplar cuanto antes.
Cuando vea el volumen, se dará cuenta de que en
verdad requería tiempo y paciencia.
3.° Santa Paula se imprime con rapidez y, a
medida que la piadosa literata nos manda el
original, se entrega a los cajistas.
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