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en gastos cuando se trataba del bien moral. Y los
alumnos, aunque habían deseado vivamente las
vacaciones, se resignaron con facilidad al querer
del Superior. Tan vivo era el sentimiento de la
obediencia. Y hasta transcurrieron aquellas
fiestas pascuales con gran alegría, porque, sin
menoscabo de los divinos oficios, hubo muchas
diversiones, mesa más surtida que de costumbre y
un paseo largo con la banda de música, que, sin
embargo, no se repitió en los años siguientes.
Visto el feliz éxito de aquella disposición,
casi un mes después cursaba la siguiente circular
a través de cada uno de los directores:
Tras las repetidas instancias de muchos
respetables padres de familia y las múltiples
invitaciones de hombres experimentados en la
educación de la juventud, he creído oportuno tomar
la siguiente determinación. Las vacaciones de todo
el año quedarán reducidas a un solo mes: del 15 de
septiembre al 15 de octubre. Esta determinación ha
sido tomada por los siguientes motivos:
1.° Los colegios más apreciados de Italia y más
afanados por los estudios sólo conceden un mes de
vacaciones a los alumnos.
2.° La experiencia de muchos años de que los
alumnos, al pasar tres meses sin clase, pierden
gran parte del progreso hecho durante el curso
escolar.
3.° La ganancia de tiempo para los que por su
edad necesitaran hacer más deprisa los estudios.
Espero que V. S. vea con agrado este cambio,
hecho únicamente con miras al mayor provecho que
podrán alcanzar los jóvenes, a quienes dedicamos
todo nuestro afecto en el Señor, a cuyo honor y
gloria hemos dedicado y dedicamos nuestro humilde
trabajo.
Durante los meses más calurosos se procurará
alargar los recreos y que haya paseos más
frecuentes para mantener la salud corporal
necesaria de los jóvenes para que puedan atender
con todo tesón a sus estudios.
Y esto, además, para alivio de los padres.
Su
seguro servidor
EL
DIRECTOR
((**It9.124**)) Don
Juan B. Francesia informaba al caballero Oreglia
sobre las vacaciones pascuales suprimidas y otras
novedades, así como de un triduo predicado por don
Bosco a sus muchachos en preparación al
cumplimiento pascual.
8
de abril de 1868
Muy querido señor Caballero:
He escrito al señor conde Vimercati después de
la nueva visita que le ha hecho el Padre Santo...
Hemos impreso y encuadernado con cierta
elegancia un mensaje para el cardenal
(**Es9.123**))
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