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Dios le bendiga, señor Caballero, y con usted a
todos nuestros bienhechores.
Ruegue por mí,
Turín, 3 de abril de 1868.
Suyo
JUAN BOSCO, Pbro.
Al día siguiente mandaba su carta de
agradecimiento, con promesa de oraciones en favor
de un enfermo, a la condesa Caccia Dominioni de
Milán, la cual le había enviado unas limosnas para
la iglesia.
Benemérita señora Condesa:
Recibí a su tiempo las ciento quince liras y
algo más que me mandó para la iglesia y espero le
haya llegado el recibo. Le agradezco todo en el
Señor.
También he recibido la carta en la que me
comunica la enfermedad del reverendo padre Tersi.
He dispuesto que se hicieran y se siguen haciendo
oraciones especiales en nuestra Comunidad. Espero
que Dios haya oído nuestra oración y otra mucho
más fervorosa, y que el padre Tersi, si aún no
está totalmente curado, lo esté cuanto antes.
Le agradezco muy especialmente la colecta hecha
y que continúa haciendo en favor de la iglesia.
Anímese; los trabajos progresan rápidamente y
cuanto antes tendrá el programa de la consagración
y del solemne octavario de la hermosa solemnidad.
Que Dios bendiga a usted y a toda su familia en
estos santos días y le colme de sus gracias.
Ruegue por mí, que me profeso con gratitud.
Turín, 4 de abril de 1868.
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
Aquel mismo mes había una importante novedad en
las casas de la Pía Sociedad.
Hasta este año, al llegar las fiestas de
Pascua, se concedían a los alumnos casi ocho días
de vacaciones, durante los cuales podían ir a sus
casas. Las grandes vacaciones de otoño se
interrumpían con un mes de clase y se invitaba a
los alumnos a volver al Oratorio o a los otros
colegios.
Habiendo observado don Bosco algunos serios
desórdenes, producto de este sistema, avisó quince
días antes de las ((**It9.123**)) fiestas
pascuales que, a partir de aquel año, quedaban
suprimidas las vacaciones de Pascua y que, por
tanto, se pasaría la Semana Santa en el colegio.
Así que, durante aquellos ocho días, todos los
alumnos quedaron a su cargo; también los que
pagaban pensión, ya que él no reparaba
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